40.

145 23 40
                                    

Aretia.
El  inicio de la apostasía.
(Parte uno)

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Tiempo, tiempo...

Mi alma , mis pensamientos, mis deseos, mi voluntad... todo lo que conformaba mi identidad humana era esclavo de ese verdugo invisible.

Mi mente , lo único que seguía siendo mío, se encontraba dividida entre la imposibilidad de retener los minutos, los segundos se me escurrían de las manos como torrentes de agua y  los latidos de mi corazón martillando sin cesar dentro de mi pecho  así como el constante esfuerzo de mis pulmones por retener un poco de oxígeno , sentía que iba a morir de la impresión por lo que me estaba ocurriendo.  Ni siquiera  ese esfuerzo primitivo por sobrevivir podía callar  el sentir,  la idea  general que conformaba el pensamiento colectivo de las personas  unidas en lo que quedaba de ese enlace mental que me había pedido crear el general Riorson.

¡Mátalo! ¡Mátalo! ¡Mátalo! me gritaban las voces incesantes con rostros a los que no podía reconocer en esos segundos en los que mi conciencia luchaba por mantenerse a flote y no ceder al deseo del jinete que me veía con una sola intención brillando en sus ojos color ámbar. Yo deseaba sobrevivir, el deseaba acabar con mi existencia...

Deber y deseo...

Aquellas palabras habían formado una dicotomía desde el segundo uno en que lo conocí, sabía que debía ocultarme del resto del mundo, dominar el sello que un dios blanco me había otorgado y convertirme en el arma que sería usada en la rebelión de la tierra antigua de Tyrrendor, ese era el destino que me habían otorgado los dioses que enviaron a Kalel conmigo. Ese era mi deber desde el momento en que acepté ser la jinete del dragón blanco.

Pero, mi corazón traidor   deseó algo más, en aquel entonces no conocía la magnitud de lo que el órgano latiendo en mi pecho era capaz de sentir y ni siquiera sabía que podía ponerle un nombre . Conforme pasaron las lunas y soles por el cielo, con cada cambio de estación el deseo de mi alma tomó forma, Brennan... lo deseaba más que a nada en el mundo. Quería que fuera mío y yo ser suya... quería poder amarlo... vivirlo...

Aún podía sentir en mi piel la calidez de aquel recuerdo, uno tan lejano que ya ni siquiera podía reconocer a la Ariadne de aquel entonces... la mujer que fui antes de él.

El brillo  cobrizo que vi en sus ojos en nuestro primer encuentro era más hermoso que cualquier atardecer .La curiosidad por descubrir el misterio de la asesina de cabellos rojos brillaba al igual que las estrellas del cielo y su sonrisa, dioses... en cuanto lo vi sonreír supe que estaba condenada a seguirlo por el resto de mi vida, aunque mis pies estuvieran plantados en el suelo , mi corazón siempre estaría unido al suyo...

Por más que deseara permanecer eternamente en el dulce recuerdo de la primera vez que lo vi no podía hacerlo,  ya no éramos esas personas, yo ya no portaba el habito de un monje y el ya no me veía con la curiosidad del interés por revelar un nuevo misterio oculto del mundo. No, ya no éramos aquellos desconocidos que se convirtieron en aliados, ya no éramos el maestro y la alumna que cedieron al amor , ya no éramos los amantes que se prometieron la eternidad...

Corazón traidor. (Fourth Wing fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora