Desde que tengo memoria he estado mirando al cielo buscando una respuesta a mis súplicas , alguien que me saque de este lugar.
Una anciana me dijo que el universo obedece a quienes tienen una voluntad fuerte y desde entonces le he suplicado , le he...
Las lágrimas de una humana y el corazón de un dragón.
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Brennan solía decir que yo era una hermosa anomalía en el sistema del país, que no había alguien más como yo y que seguramente los dioses me habían enviado a la vida con una muy buena razón y yo le creí... pues en mi egocentrismo aquel razonamiento ya había cruzado mi mente muchas veces...
En medio del dolor y la agonía entendí que no era especial, que aquellas hermosas palabras salidas de sus labios no eran más que un espejismo de su mente al verme con amor, el estaba enamorado de alguien que no existía, una mujer que nunca existió...
Cuando Kalel me eligió como su jinete me convencí de una mentira que en esos últimos segundos de mi existencia me estaba cobrando el precio de mi error. Al sentir el poder de la bestia recorrer mi cuerpo creí que yo también era poderosa, que la niña del burdel había muerto junto a esos monstruos que me lastimaron y que a partir de ese momento nadie más podría dañarme ni arrebatarme lo que amaba, pero no fue así... yo no era una diosa, era una humana...
La heroína que había imaginado ser en mi mente, la libertadora , la mujer digna de respeto y amor era solo una mentira, una ilusión creada por mi mente distorsionada ... seguía siendo la Ariadne del burdel, la niña frágil e indefensa.... la humana cobarde que no podía defenderse de aquellos que decidieron usar su cuerpo como entretenimiento, seguía siendo un ser patético ...
Era una inútil que se convenció de ser una heroína enviada por los dioses .... y la verdad que estaba viviendo era el cruel y alto precio que debía pagar por las blasfemias que había lanzado contra los dioses aún cuando no me había dado cuenta...
El ser humano era codicioso por naturaleza, yo lo era...
Desde que tenía uso de razón mi mayor deseo era ser libre, poder tomar a mi hermana y llevarla a una tierra lejana en la que nadie nos conociera y así poder iniciar una nueva vida juntas. Tantas noches imaginé ese futuro idílico en el que la veía crecer hasta convertirse en una hermosa mujer llena de dicha, de amor. Una mujer a la que la tristeza no la hubiese visitado nunca y el dolor no fuera mas que un rumor ante sus oídos... aquel deseo no se cumpliría al igual que ningún otro que conservé en el refugio de mis anhelos infantiles que había en lo profundo de mi corazón.
No era una diosa poderosa, ni una guerrera... tan solo una humana, cuya existencia estaba llegando a su final por la decisión de otros.
Una hermana a la que le habían arrancado el motivo que tenía mi corazón para seguir viviendo.
Un ave a la que le habían cortado las alas...
Una mujer, solo una mujer...
Respirando con dificultad le rogué una última vez a los dioses su perdón por el atrevimiento de alguna vez haberme comparado con ellos...
