35.

147 22 35
                                    

Los hermanos Mairi.

Aquella tarde en particular la puesta de sol me parecía más hermosa que nunca

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Aquella tarde en particular la puesta de sol me parecía más hermosa que nunca. Sobre el cielo se extendían los colores más impresionantes que mis ojos habían visto. Un dorado como el de los aretes alargados que colgaban de mis orejas, un naranja como el del fuego de un dragón y un rosa tan bonito como el de las flores que sobresalían del pasto verde .
La imagen que el cielo me regalaba ese día me parecía sencillamente perfecta...

Aún cautivada por lo que veía apoyé mi barbilla sobre la tela azul que cubría mis brazos que descansaban a su vez sobre la reja de madera que servía como señal para definir el inicio de la propiedad de los Mairi sobre el resto del amplio terreno que conformaban las colinas . La paz que sentía en esos momentos me parecía difícil de asimilar, nunca creí que podía sentir tal tranquilidad en el corazón y  serenidad en mi mente, me sentía tan ligera como las pequeñas hojas que los arboles desprendían y que flotaban en el aire ajenas de todo el mal del mundo.

Detrás de los altísimos árboles frente a mi se podía apreciar las escamas blancas del enorme dragón blanco que dormía plácidamente luego de haber terminado con gran parte de los venados que habitaban esos terrenos.

Fue inevitable no sentirme mal por esas criaturas inocentes, creo que en el fondo de mi corazón prefería aquellos lejanos tiempos en los que el dragón se alimentaba de humanos malvados.

La risa divertida de Cecilia a mis espaldas fue mi recordatorio para alejar esas ideas de mi cabeza y concentrarme en el maravilloso presente que me rodeaba.

Con una sonrisa enorme miré por encima de mi hombro al causante de esa risa en la peli azul.

Liam, mi hermanito. Intentaba sin éxito vencerla en un duelo de espadas de madera, herramienta que se utilizan para entrenar chicos de una edad mucho menor que la suya pero que sospechando por el carácter bromista de mi compañera, solo lo había hecho usarlas para molestarlo .

El sudor perlaba la piel de su rostro y un rubor intenso cubría sus mejillas blancas dándole un aspecto tierno ante mis ojos, en realidad cualquier aspecto que tuviera me parecía lo más asombrosamente dulce del mundo .

Frustrado por no vencerla dobló la tela blanca de su camisa hasta que casi llegó a sus codos, con sus dedos peinó su cabello rebelde hacia atrás y como si fuera un pequeño toro embravecido se impulsó hacia adelante para derribar a la peli azul que lo esperaba con un gesto de fingido aburrimiento.

En un movimiento rápido y certero la espada de Cecilia impactó con la suya y esa última salió volando hasta mis pies.

- Si quieres vencer a tu oponente, no lances ese grito de guerra. Solo le estás avisando de tus movimientos y para cuando llegues ya habrá sabido cómo vencérte...-

Los pasos de Liam se dirigieron hasta mi , la ternura que me provocó verlo caminar con ese gesto desanimado y la cabeza gacha me motivó a hacer algo que estaba segura era mi responsabilidad como hermana mayor.

Corazón traidor. (Fourth Wing fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora