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Aretia.
(Parte tres.)

La prisionera.


La primer sensación que mi condición humana recibió al recuperar los sentidos de mi cuerpo fue un frío húmedo

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La primer sensación que mi condición humana recibió al recuperar los sentidos de mi cuerpo fue un frío húmedo. Lentamente mis ojos comenzaron a abrirse y al hacerlo se encontraron con una oscuridad casi perpetua, solo un par de lámparas de aceite que colgaban de un muro de ladrillos evitaba que mis ojos estuvieran completamente a oscuras. De única  manera esas tenues luces eran lo único que mi cerebro podía percibir en ese sitio, lo único que tenía sentido para mi cabeza que sentía que no podía dejar de girar. Una nueva sensación llegó mientras mi conciencia iba tomando forma , no podía respirar con facilidad y mi estómago dolía como si tuviera una bola de fuego ardiendo dentro.

Quise llevar mis manos hasta esa zona para consolarme un poco en búsqueda de que ese horrible malestar cesara pero me fue imposible , pronto descubrí que mis manos estaban atadas tras mi espalda. Un nuevo dolor embargó a mi cuerpo, me dolían los huesos por la dureza de la superficie en la que descubrí estaba recostada sobre mis rodillas, a saber el tiempo que llevaba atada en esa especie de calabozo. Mi cuerpo entero estaba resintiendo las malas condiciones en las que me encontraba.

¿Cómo había terminado en ese sitio? Lo último que recordaba era haber dejado a los niños en el colegio de la tía de Brennan después nada... mi mente se encontraba tan confundida que hilar mis recuerdos se sentía casi imposible.

No importaba como había llegado, tenía que irme.

Mis hilos salieron de mi cuerpo con debilidad, arrastrándose como  serpientes por el suelo y los muros de piedra del frío lugar en la búsqueda de una salida al exterior o del mínimo detalle que me informara en dónde rayos estaba. 

-Ni siquiera lo intentes.- dijo la voz de un hombre con voz profunda y al instante mis hilos cayeron inertes como serpientes muertas.

Con dificultad alcé mi cabeza en dirección a esa voz y lo que antes era oscuridad poco a poco iba tomando forma humana. 

Un hombre de cabellos negros peinados hacia atrás me veía con algo parecido al asco mientras sus brazos cruzados sobre su pecho le daban un aire de superioridad .

Ya lo reconocía, mi mente había comenzado a recordar todo lo ocurrido . Él me había capturado la noche anterior o quizá otras tantas noches, no sabía cuanto tiempo había pasado.

- Veo que por fin despiertas bella durmiente y tu primer instinto es escapar... no decepcionas fugitiva...-

¿Dónde estoy...? Quise preguntar pero mi sello se había ido así que hablar dentro de su cabeza me era imposible y no podía signar las palabras porque mis manos estaban atadas tras mi espalda.

Corazón traidor. (Fourth Wing fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora