𝙳𝚎𝚕 𝙴𝚜𝚝𝚊𝚍𝚒𝚘 𝚊𝚕 𝙲𝚒𝚎𝚕𝚘 || 𝚁𝚒𝚌𝚑𝚊𝚛𝚍 𝚁í𝚘𝚜

《13》

Lo único en lo que Maite pudo pensar esa noche fue en los labios de Richard besándola suavemente, recordando sus primeros días como novios cuando eran apenas unos niños. Cada roce, cada toque que daban era único. La dejaba en un modo indefenso en donde estaba a merced de lo que el joven quisiera hacer con ella, parecía un sueño pero había algo que no la dejaba volver a confiar en el... Algo que en su corazón le había dolido casi como una daga incrustada en su pecho.

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Barranquilla,Atlántico
14 de Julio - 2017
Casa de los Valderrama

Maite se paso los últimos días mirando su teléfono mientras hablaba con Richard por mensaje. Ya a sus padres les preocupaba mucho que se la pasara en el celular mirándolo como una estúpida enamorada, ya al señor Carlos se le hacia extraño que ella estuviera tan tranquila. Dentro de todo Maite adoraba hablar con Richard pero nada la preparo para lo que estaba por pasar mucho más adelante.

Ese día ella estaba en la piscina tomando un poco el sol cuando sintió la notificación de su teléfono para que a los pocos segundos viera El chat que tenía con Richard.

Richi Boy ⚽️💚✨️

"Mai te tengo una sorpresa"

"Una sorpresa? No se si asustarme
O estar emocionada"'

"Ay no seas aburrida...
Más bien emocionate
Y prepárate para recibirme"

"¿Vienes a Barranquilla?"'

"¡Si! Tengo un torneo clasificatorio para un mundial de futsal sub-17 en Brasil allá. Así que... Quería verte"

No se puede explicar la emoción que Maite sentía en el pecho al saber que Richard, su Richard, venía a Barranquilla y que quería verla. Los días se le iban a hacer el eternos hasta por fin verlo de nuevo, esos meses que habían hablado por mensaje le hicieron darse cuenta que estaba perdidamente enamorada de él. Casi al punto de creer que siempre lo estuvo.

Dias despues, el sol brillaba intensamente sobre Barranquilla aquel día, pero nada igualaba el resplandor en el rostro de Maite. Había pasado los días previos repasando mentalmente cada palabra que le diría a Richard cuando lo viera. Sin embargo, ahora que el momento estaba cerca, no podía evitar sentirse nerviosa. ¿Y si algo había cambiado? ¿Y si él ya no la veía con los mismos ojos?

Cuando el mensaje de Richard llegó confirmando que estaría libre esa tarde, Maite sintió que el corazón le daba un salto. Habían quedado de verse en un parque cercano, un lugar tranquilo donde las palabras pudieran fluir sin interrupciones.

El lugar que escogieron fue El Malecón en donde podían pasar tiempo juntos y la hora de reunión sería las 5:00 pm para que Richard pudiese salir de su entrenamiento.

Richard ya estaba allí cuando Maite llegó. Estaba sentado en una banca, con el cabello despeinado por la brisa y una gorra que intentaba disimular su identidad, aunque sus ojos lo delataban. Esos ojos que ella tanto había extrañado.

-¡Mai! -dijo, levantándose rápidamente. Su sonrisa era cálida, genuina, como si el tiempo y la distancia no hubieran existido.

-¡Richard! -respondió ella, mientras el abrazo que le dio fue más largo y más significativo de lo que esperaba.