POV FERIT
Los pubs y bares eran una tentación de la que trataba de mantenerme alejado todo lo posible.
Con mi plan de entrenamiento, no podía darme el lujo de perder el tiempo como lo hacían mis amigos.
El alcohol no entraba en mi dieta y siempre que salía alguna noche estaba lento durante días.
Sin embargo, ese día era el decimoséptimo cumpleaños de Abi, así que después de incesantes llamadas y mensajes, me rendí y accedí a salir a celebrarlo con él y parte del equipo en Biddies.
Biddies era nuestro local preferido en la ciudad, y aunque su nombre hiciese referencia a lo carca, era bastante moderno y apenas había paletos apuntalando la barra.
Durante el día, Biddies servía la mejor comida del lugar y, por la noche, se transformaba en el centro neurálgico de los más jóvenes de la ciudad.
Yo iba mucho a comer allí cuando mis padres no estaban en casa. El copropietario y jefe de cocina, Mustafa, era un tipo de bien que no tenía ningún problema en adaptarse a mis necesidades dietéticas. Era el único lugar en la ciudad donde sabía que encontraría comida saludable.
En cuanto a las salidas nocturnas, no bebía allí muy a menudo, eso era más cosa de Abi, pero cuando lo hacía, sabíamos que nos servirían y nos pondríamos hasta el culo.
Era una mala idea salir, considerando que ambos teníamos un partido con el club al día siguiente por la mañana, pero Abi había justificado nuestra imprudencia alegando con toda la intención que un chico solo cumple diecisiete años una vez.
Eso era cierto.
El problema era que a mí no me resultaba tan fácil.
Los muchachos podían dejarse llevar por la noche y volverse locos si querían. Nadie más que sus madres los juzgarían por la mañana.
En cambio, si yo la liaba, mi nombre sería arrastrado públicamente por el barro, los titulares de rugby me amonestarían y peligraría mi puesto en la Academia.
Lo que empeoraba la noche por varias razones.
La primera era que tenía diecisiete años y había cedido a la incansable insistencia de Abi para beber juntos hasta caer casi en coma.
Y, segundo, Nevra estaría allí.
Ambos eran factores muy malos que podían acabar en un desastroso final.
Minutos después de mi llegada a Biddies, quedó bastante claro que Yusuf no era la principal prioridad de Nevra; en cuanto me senté a la mesa con los muchachos, se me plantó en el regazo y no se había movido desde entonces.
Pasé la mayor parte de la noche tratando de evitar el contacto visual con la minifalda que llevaba y el trozo de encaje negro que asomaba entre sus muslos cada vez que se inclinaba sobre la mesa para susurrarle algo al oído a alguna de sus amigas.
Me dolía físicamente.
No porque sintiera nada por ella o algo por el estilo, sino porque me dolían las pelotas. No era que Nevra no fuera una chica atractiva.
Lo cierto es que probablemente fuera la chica más guapa del bar.
Con su media melena negra, era una chica alta, con curvas, un enorme par de tetas y guapa de veras.
Lo que pasaba era que me había cansado.
Lo había superado, fuera lo que fuese lo que hubiese habido entre nosotros, hacía mucho tiempo.
Y no me interesaba volver al cuadrilátero para otro asalto.
A la chica no parecía importarle lo más mínimo, porque era muy tenaz.
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Teen FictionSu primer y último amor verdadero siempre ha sido el rugby. O eso pensaba Ferit Korhan Hasta ahora. Él quiere salvarla. Ella quiere esconderse. Ella está dañada. Él está decidido. El destino los unió. El amor los ata.