POV FERIT
El lunes por la mañana tenía un humor espantoso que se debía en parte al terrible dolor que sentía, pero sobre todo al hecho de que no había pegado ojo la noche anterior.
Me había pasado todo el tiempo dando vueltas pensando en Seyran.
Despierto toda la maldita noche, sin más compañía que el remordimiento y esa dichosa foto en el periódico.
Debería haberla detenido.
No debería haber dejado que se la llevara.
Por qué, no tenía ni puñetera idea, pero había una voz dentro de mi cabeza que me gritaba que la protegiera.
Quería hacerlo.
Simplemente no sabía contra qué necesitaba protección.
O frente a quién.
Estaba perdidísimo, listo para luchar por una chica que no conocía y contra un enemigo del que nadie me hablaba.
Joder, estaba fatal de la cabeza por ella.
Se me estaba yendo de las manos.
Estaba perturbando mi estilo de vida, con el que estaba perfectamente satisfecho, y no sabía cómo gestionar eso.
No estaba bien, y ella no tenía derecho a entrar en mi vida en un momento tan crucial.
Era como un tornado que nunca vi venir.
El único problema que no preví al planear mi futuro.
La única persona que podría cargarse todos mis esfuerzos.
Y lo más enervante de todo era que me gustaba.
Me gustaba el hecho de que le estuviese dando ese giro radical a mi vida y despertando unos intereses y sentimientos del todo nuevos en mí, pero también odiaba que me gustara.
Era adicto por completo a cada detalle de la chica, y aquello no tenía nada que ver con el físico, y eso que tenía un físico jodidamente perfecto.
Lo más importante era que no me veía como un braguetazo.
Ella me veía más allá de eso.
Me veía a mí.
Solo a mí.
Y eso me hacía querer cambiar algunas cosas y plantarla en todo el centro de mi mundo.
Sabía que tenía que controlarme.
Solo que no podía.
Porque ella era adictiva.
Y yo estaba obsesionado.
Había perdido la cuenta de la cantidad de chicos con los que había jugado al rugby a lo largo del tiempo y que lo habían dejado o habían perdido la forma por una chica.
No podía permitirme que eso me pasara a mí.
Había demasiado en juego.
Me lo jugaba todo.
Antes de Seyran, nunca había tenido problemas para concentrarme.
Antes de ella, nunca había dudado acerca de nada.
Sabía exactamente quién era, de dónde venía y hacia dónde iba.
Pero ¿ahora?
Ahora era un desastre.
No necesitaba eso.
No necesitaba ese maldito estrés.
Tenía pruebas de aptitud física en menos de tres semanas en las que debía concentrarme.
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binding 13
Teen FictionSu primer y último amor verdadero siempre ha sido el rugby. O eso pensaba Ferit Korhan Hasta ahora. Él quiere salvarla. Ella quiere esconderse. Ella está dañada. Él está decidido. El destino los unió. El amor los ata.