21: Cierre

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POV SEYRAN

Cuando llegué al instituto, mi ira no se había disipado lo más mínimo.

Estaba tan enfadada que casi podía saborearla, y de una manera enfermiza, di rienda suelta a la emoción.

Era mejor que la desesperación y el miedo que me invadían habitualmente.

La ira me envalentonaba y me daba el coraje que necesitaba para hacer lo que tenía que hacer.

Independientemente de cuánto me dijera mi cerebro que era una mala idea, sabía que tenía que hacerlo.

Arreglaría algunas cosas con Ferit Korhan, y luego me alejaría con el corazón intacto y la conciencia tranquila, porque lo cierto era que no podía ignorar las palabras de mi madre.

Alentada por la adrenalina que aún me corría por las venas tras la discusión con ella y tras el desastre de anoche, respiré profundamente y caminé por el pasillo hacia la zona de taquillas de los de primero de bachillerato.

Cuando vi a Ferit, apoyado contra algunas de ellas al final del pasillo y hablando con un par de chicos que parecían mayores, solté un suspiro entrecortado.

Ser invisible era tan hermoso como herramienta necesaria para sobrevivir entre personas como yo.

Relacionarse con una futura estrella del rugby irlandés era como ponerse unos tremendos palos en las ruedas.

Recurriendo a cada pizca de valentía en mi cuerpo, fui directamente hacia él, confiando en que la adrenalina que me corría por las venas impulsara mis pies.

Levantó la cabeza de repente cuando me acerqué, y centró en mí su aguda mirada, con esos ojos marrones encendidos y llenos de recelo, pero no me detuve.

No podía.

—Necesito hablar contigo —anuncié cuando lo alcancé, temblando de pies a cabeza, mientras sentía el peso de lo que me parecieron mil pares de ojos en mi cuerpo.

Esperaba que sucedieran dos cosas en ese momento: o Ferit me mandaba a tomar por saco o accedía a ir a algún lugar tranquilo para hablar conmigo.

Cuando levantó la barbilla y pronunció la palabra «fuera», supe que había acertado con el escenario número uno.

Mi adrenalina y valentía me abandonaron de golpe y se me hundieron los hombros. Asintiendo, me giré para irme, completamente desanimada, solo para que me cogiera de la muñeca con una cálida mano y me atrajera a su lado.

—Tú no —me susurró Ferit al oído, colocándome frente a él—. Ellos. —Dirigió esa mirada de ojos marrones a los dos chicos mayores, que nos observaban con curiosidad, y en un tono que no dejaba lugar a discusión, dijo—: Largo.

Medio aturdida, observé con una especie de asombro cómo los dos muchachos con los que había estado hablando, junto con los siete o más alumnos que holgazaneaban por el pasillo, simplemente se dieron la vuelta y se fueron.

—Wow —bufé cuando estuvimos a solas en el pasillo—. Sí que tienes influencia en el instituto. —Me di la vuelta para encararlo y, una vez más, tuve que echar la cabeza hacia atrás para mirarlo a la cara—. Ha sido bastante épico.

Ferit me recompensó con una sonrisa infantil que rápidamente se transformó en un ceño fruncido cuando me miró a la cara.

—¿Qué ha pasado? —quiso saber, observándome fijamente—. ¿Quién mierda te ha hecho llorar?

—¿Qué? —susurré, sacudiendo la cabeza—. No estoy llorando.

—Tienes los ojos rojos e hinchados —comentó, inexpresivo—. Sí que has estado llorando. — Desplazó la mirada a mi mejilla—. ¿Qué carajo te ha pasado en la cara?

binding 13Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin