POV FERIT
La he vuelto a ver hoy.
Nos hemos cruzado no menos de cinco veces por el pasillo, y ella ha agachado la cabeza cada vez al pasar junto a mí sin siquiera mirar hacia atrás.
Lo cual no era nada nuevo, por supuesto.
Seyran llevaba ignorándome como si fuera invisible más de una semana.
Nueve días, para ser exactos.
No me sentaba bien que me ignoraran.
Era un territorio desconocido para mí y enseguida descubrí que no me gustaba ni un poco.
Especialmente cuando la persona que me ignoraba era la misma que atormentaba todos mis pensamientos, y también mis sueños.
Así es; ahora resultaba que soñaba con la chica, joder.
¿Tan mal estaba?
Parecía que no podía sacármelo de la cabeza.
No podía sacármela de la cabeza a ella.
Nada de eso tenía ningún sentido para mí, y se me escapaba por qué ella era la persona a la que quería acudir.
No a Abi.
Ni a mi madre.
Ni a mis entrenadores.
Me estaba acojonando de lo preocupado que estaba por la campaña de verano, y yo quería confiar en una chica con unos ojos insondables y a la que apenas conocía.
Porque algo me decía que podía hacerlo.
Porque en algún lugar muy dentro de mí, sentía que ella me conocía.
Como si pudiera salvarme.
Joder, se me estaba yendo la cabeza...
Después de la desastrosa última clase del viernes, en la que no retuve ni media palabra de lo que el profesor había estado explicando, me dirigía al edificio principal hacia el pabellón de Educación física para hablar con el entrenador, cuando escuché una voz familiar que me llamaba. Por una fracción de segundo, pensé en fingir que no la había escuchado y salir por la puerta, pero entonces me agarro la mano y tiró de mí hacia atrás, y se impusieron los buenos modales.
Agarrando aire para tranquilizarme, me recordé mentalmente ser amable antes de darme la vuelta para mirarla.
—Nevra —la saludé con una breve inclinación de cabeza.
Estaba tan guapa como siempre, con su pelo negro cortado en una media melena y toda maquillada.
Era alta y con curvas, y el uniforme escolar se le ajustaba en todos los lugares correctos.
Afortunadamente, no me afectaba en absoluto.
—Hola, Ferit —respondió Nevra con una enorme sonrisa. Medía un metro ochenta, pero aún tenía que levantar la cabeza para mirarme—. ¿Cómo estás?
Tenía las palabras «como si te importara una mierda» en la punta de la lengua, pero rebajé mi impaciencia y en cambio dije:
—¿Qué hay?
—Oh, ya sabes, lo de siempre —comentó ella, pasándose el pelo por detrás de las orejas.
En realidad, no lo sabía.
Yo no sabía nada de ella y ella todavía menos de mí.
No hablábamos.
Follábamos.
ŞİMDİ OKUDUĞUN
binding 13
Teen FictionSu primer y último amor verdadero siempre ha sido el rugby. O eso pensaba Ferit Korhan Hasta ahora. Él quiere salvarla. Ella quiere esconderse. Ella está dañada. Él está decidido. El destino los unió. El amor los ata.