Señor y Señora Maldonado💍 Quackity x TU +18 🔥|2/2 ¿Cuánto Vale Tu Amor?

Capítulo 14| El novio de mamá.

Señor y Señora Maldonado.

—¿Mamá?—Grité en voz alta al llegar a su casa.

Por fin había logrado organizar mis tiempos, después de varios días le había dicho a mi madre que vendría a pasar una tarde con ella y Dany, no podía más con la emoción, las extrañaba demasiado.

Todo seguía igual, pero incluso mi cabeza se confundía, pues si no fuera por los distintos muebles pensaría que estaba en mi propia casa.

Esto había sido culpa de Alex, pues el habría comprado las casas y ambas eran muy parecidas.

—¡Dame 5 minutos y bajo!—Gritó desde el segundo piso.

Me sentía extraña, viví aquí y me crecí con ellas, pero me sentía como una completa extraña al visitarlas.

Dejé mi bolsa en el sillón y caminé a la cocina, las ollas de mi madre se encontraban en la estufa, ya había cocinado y la comida estaba lista.

La puerta de la sala se abrió, pensando que había sido Dany quien había llegado la saludé mientras curiosiaba el guiso de hoy.

—Dani Maria Del Carmen—saludé destapando la olla.

Pero no hubo respuesta, esto se me hizo extraño, pues mi hermana siempre se alegraba al verme.

—No, soy...

Aquella voz masculina hizo que diera un brinco en mi lugar, rápidamente tomé una espátula y me voltee a amenazar a ese desconocido.

Un señor alto, delgado y con barba cuyas canas empezaban asomarse al igual que en su cabello levantó sus manos y sonrió.

—De acuerdo, me tienes—contestó con un acento de voz peculiar.

—¿Usted quien es?—pregunté espantada.

—Me llamo Leo—contestó —me imagino que tú eres _______.

—¿Usted como sabe mi nombre?—cuestioné aferrandome a mi espátula.

El señor Leo no dejaba de sonreír y eso me confundida a un más.

—¡_______!—Gritó mi madre al entrar con prisa a la cocina.

—¡Aléjate de ese hombre!—Grité.

—Hija por el amor de dios, baja esa espátula y deja que te explique.

Por unos segundos miré a mi madre al señor Leo, de pronto algo se conecto en mi cabeza y bajé lentamente la espátula y el sus manos.

—¿Me puedes explicar que esta pasando aquí mamá?—pregunté un poco más calmada.

—Hija—suspiró—El es Leo.

—Lo sé, me lo acaba de decir, igual me dijo como me llamaba, ¿Qué está pasando?

—Leo es...es...—nos miraba rápidamente a los dos—es...¡Venezolano!—Gritó rápidamente.

Leo la miró asombrado y yo igual, me esperaba cualquier respuesta menos que era venezolano, algo que ya había notado por su acento.

—¿Sólo venezolano?—pregunté cruzando mis brazos—Bueno señor Venezolano, un gusto conocerlo—le tendí mi mano—soy la psicóloga—sonreí.

El señor Leo tomó mi mano y soltó una risa amigable.

—Un gusto—sonrió.

—No quiero ser molestia para ustedes y mejor yo me voy por donde vine.

Pasé por un lado de ellos y tomé mi bolso, mi madre corrió detrás de mi apresurada.

—No hija, espera, lo siento, pero es que Leo es...