Capítulo 4|Flores.

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Señor y señora Maldonado.

Hoy no era mi día.

Desperté tarde y con un fuerte dolor de cabeza, tan fuerte que incluso podía sentir un zumbido en mis oídos, definitivamente era culpa del vino.

Pero eso no era lo peor, la peor parte fue cuando Alex entró a mi habitación recién bañado y listo con su traje de abogado para empezar el día, esa parte estaba bien, lo que no estaba bien era que yo seguía semi desnuda.

—¡_______!—Gritó al verme, con sus manos agarró lo primero que pudo y lo colocó sobre de mi.

—¡Alex!—Grité asustada y tomando fuertemente de la almohada.

—Dios, son las 7—giró su rostro a otro lado—Tienes un paciente a las 8 y debes llevarme a la empresa.

—Mierda.

Como flash me levanté de la cama, mala idea, ahí sentí el fuerte dolor acompañado con un mareo.

Me he quedado quieta por unos segundos, traté de sostenerme con algo pero no funcionó, solo me tambalee, era como si el piso se moviera.

—¿Estás bien?—preguntó estando lejos de mí.

—Bajo en 5.—logré decir.

En realidad me tomó más tiempo, pues me he duchado, vestido y peinado, pero todo esto haciéndolo lo más rápido posible, en cuanto estuve lista bajé corriendo con los tacones en las manos, tomé las llaves de la camioneta y con Alex de copiloto manejé por la ciudad como una loca, claro, no tan rápido, pues el señor Maldonado venía aferrando a su asiento, sudaba pánico y podía olerlo.

—Mandaré a alguien por tu coche.—dijo bajando rápido de la camioneta en cuanto llegamos a la empresa.

—Sí, nos vemos.

Tiré dos besos al aire hasta donde él estaba y arranqué lo más rápido que podía, tenía solo 10 minutos para llegar a mi consultorio.

Para mi suerte el tráfico había bajado, así que seguí manejando pero ya bajando la velocidad.

Y aquí es donde doy gracias a Alex, pues el se había encargado de que mi consultorio no quedara tan lejos de su empresa, así podía ir y venir tan rápido como quisiera.

En cuanto llegué me estacioné, tomé  mi bolso y me coloqué los tacones, bajé rápidamente y saludé a Cristy, la recepcionista, su sonrisa desapareció al verme.

—¿Pero que te pasó?—preguntó al verme con mis lentes de sol puestos y mi cabello mojado.

—No quiero comentarios al respecto.—contesté sería y me metí a mi consultorio, di un par de pasos pero regresé y abrí otra vez la puerta.—dos cosas–dije sacando mi cabeza por la puerta—Buenos días Cristy—sonreí—segunda, ¿Puedes pedirme un café negro bien cargado?.

—Alguien tuvo un poco de diversión anoche, ¿eh?—dijo con una sonrisa mientras tomaba el teléfono.

—No quiero comentarios al respecto.—repetí y cerré la puerta nuevamente.

El paciente llegó a tiempo, nada nuevo, lo mismo de siempre en mi día a día, escuchar, atender y ayudar, no podía hacer más, mis sesiones duran una hora, pero, aveces decido durar un poco más, pero para mi no hay nada mejor que ser escuchado y así lo hago, ellos aprecian esos momentos de más y yo aprecio su confianza, no es fácil contarle todo a una completa desconocida.

Solté un suspiro en cuanto el paciente se fue, me quité mis tacones y bebí de mi café, estaba horrible, pero al menos ayudaría a bajar un poco este malestar que tengo.

Señor y Señora Maldonado💍 Quackity x TU +18 🔥|2/2 ¿Cuánto Vale Tu Amor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora