Señor y Señora Maldonado💍 Quackity x TU +18 🔥|2/2 ¿Cuánto Vale Tu Amor?

capítulo 2|La cena.

Señor y señora Maldonado.

El paciente había sido eso, un buen paciente, tocamos unos cuantos temas personales y escuché y apoyé en todo lo que debía, sinceramente me había tomado mi tiempo, pues no quería ir a la dichosa cena de hoy, pero al final había llegado solo unos minutos tarde, a pesar de que maneje lento y con paciencia entre el tráfico.

Incluso había tardado en alistarme, pero no, fallé.

—Buenas noches Señora Maldonado.

—Buenas noches Cassie—saludé a la recepcionista.—¿Ah visto a mi esposo?—pregunté tan amablemente.

<<Esposo>>, a decir verdad todavía no me acostumbraba a llamarle de esta manera, para mi seguía siendo Alex, pero ante la sociedad debería referirme a él como Mi esposo.

—Está en su oficina, me ha dicho que le avise en cuanto usted llegara.

—No es necesario.—contesté—muchas gracias.

Sin decir más abrí aquella puerta, dejándome entrar a la oficina principal de la empresa, es decir, al corazón del lugar.

Tres oficinas, una de su padre, otra de su madre y la última de el, estás dos oficinas no se ocupaban más, pues sus padres habían dejado de trabajar aquí hace ya un tiempo.

El ruido de mis tacos retumbaban por toda la enorme de la habitación, sin avisar abrí la puerta para luego toparme con un Alex sentado detrás de su escritorio.

—Buenas noches.—saludé cerrando la puerta detrás de mi.

—8:30.—contestó mirando la hora.

—Oh, me fue muy bien con el paciente—respondí como si me hubiera preguntado, ignorando por completo el comentario de la hora—de hecho a sido muy buena onda, colaboró mucho para ser su primera sesión.

—________—susurró en un suspiro.—¿lista?—preguntó empujándose con sus manos lejos del escritorio para luego salir de él.

—¿No me veo lista?—pregunté abriendo mis brazos para que así el pudiera verme.

Llevaba puesto un vestido rojo que me llegaba hasta la altura de las rodillas con unos tacones algo altos en plata con demasiado brillo, estos fueron escogidos por mi mejor amiga, mi cabello largo castaño caía como cascada por mis hombros y mi maquillaje era algo sutil, tampoco quería verme tan exagerada entre tanto señor ricachón.

Alex me observo en silencio mientras se apoyaba a su escritorio, metió sus manos a los bolsillos de su pantalón de vestir y solo siguió observándome de arriba a bajo.

De acuerdo, podrá ser mi esposo pero me estaba sintiendo incomoda.

—Me gusta.—Dijo con una sonrisa.—¿No llevas collar?, siento que te quedaría algo igual del mismo color que las zapatillas.

—¿Qué?—pregunté con asombro—¿Desde cuando sabes de moda y accesorios?

Alex soltó una pequeña risa, negó divertido con su cabeza y caminó al sillón de su oficina, toma una bolsa blanca con letras negras y me la dio.

—Pensé en ti cuando lo vi.

—¿Pandora?—pregunté tomando aquella bolsa, Alex asintió y se alejó nuevamente.

Nuestro matrimonio consistía en eso básicamente, si uno está cerca el otro se aleja, era como si no quisiéramos invadir el espacio del otro.

Dentro de la bolsa había una pequeña caja, con mis manos curiosas la abrí y vaya sorpresa, era un collar plata fino con un único dije.