Capítulo 37| 2 de la mañana.

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Señor y Señora Maldonado.

Pov: Alex.

Las semanas comenzaban avanzar, mi extraña relación con _______ iba mejorando. Digo extraña porque éramos ex esposos que se trataban como muy buenos amigos, pero en algún momento terminábamos besándonos cuando podíamos.

No me molestaba, todo lo contrario, pero si ella planea alejarse después de dar a luz esto se volvería más difícil para mí.

Por el momento había decidido dejar de pensar en eso y seguir cumpliendo con el papel que ella me había dado, ser quien la cuida, su compañía y quien le cumpla sus antojos.

Justo como ahora.

Eran las 2 de la madrugada, mi teléfono no dejaba de sonar, pude seguir durmiendo e ignorar aquellas llamadas, pero, para su suerte, sus llamadas habían sido modificadas, solo ella tenía un sonido designado.

¿Cuál era el antojo de hoy?, no era algo extraño, de hecho, tenía los ingredientes en casa, ya que era tarde era casi imposible conseguir algo de comer a esta hora, entonces me puse manos a la obra.

Con mis ojos cerrándose de sueño preparé un sándwich típico, el de siempre, sólo que esta vez llevaba chicken nuggets y mostaza. Demasiada diría yo.

Guardé todo y manejé por la oscura ciudad, enfocaba mis ojos en el camino, lo que menos quería en este momento era sufrir algún accidente.

_______ había entrado a los 2 meses, no había nada distinto, sólo eran antojos y sueño, demasiado sueño, la mayoría del tiempo se le había pasado durmiendo, descuidando así un poco su consultorio, pero no del todo, pues Cristy había comenzado atender a los pacientes.

Al llegar a su departamento estacioné mi camioneta, bajé y entré en aquel edificio, el portero, quien ya me conocía por haber venido múltiples de veces a estas horas me dejó pasar, incluso se divertía al verme, pues en cada ocasión venia con una pijama distinta o de solamente con lo alcanzaba a ponerme.

—Hoy trae las calcetas adecuadas—comentó divertido.

—Sí, hoy no es una roja y una negra.—respondí mirando mis pies.

Subí por el elevador y continúe mi camino, el cual seria un poco tardado, pues _______ había tenido la grandiosa idea de comprar el último departamento, todo por que este venía más grande que los demás.

Curioso, de las 3 habitaciones solo usa una, la enorme sala siempre estaba intacta, pues nunca se sentaba ahí, el comedor seguía nuevo, solo comía en su habitación y ni hablar del balcón lleno de plantas, todas ellas secas.

El elevador se detuvo, había llegado a mi destino, di un par de pasos y pase la llave que ella misma me había dado para estas situaciones, abrí la puerta y entré, las luces de la sala estaban prendidas y en ningún lado estaba ella.

Dejé mis zapatos donde siempre me lo indicaba y caminé hasta su habitación, tal como me lo imaginé, se encontraba en su cama echa bolita mientras su colcha la tapaba de pies a cabeza.

—Te he traído tu antojo—susurré sentándome a su lado.—con mucha mostaza como dijiste.

—Ya no quiero—susurró. Mi rostro se giró y observé lo que creía que era su cabeza, su tono de voz no era el mismo de siempre, se escuchaba un poco triste.

—¿Todo bien?—pregunté preocupado.

—Sí—Respondió con el mismo tono de voz.

—¿Quieres hablar sobre algo?—pregunté acariciando aquel bulto.

Señor y Señora Maldonado💍 Quackity x TU +18 🔥|2/2 ¿Cuánto Vale Tu Amor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora