Gwendoline Queen se muda a Gotham desde Star City. Está harta de vivir bajo la protección de su hermano mayor, Oliver Queen.
Trabaja como camarera y estudia medicina para cumplir su sueño de ayudar a los más necesitados.
Su vida da un drástico gir...
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PARA LA SORPRESA DE GWEN los chicos no se negaron completamente a su plan. No les parecía mala idea, pero no estaban seguros de asumir el riesgo de que Gwen sufriera algún tipo de daño. Damián fue el único que se negó rotundamente, cualquier cosa que fuera asomar a la rubia al peligro, él estaría totalmente en contra. Gwen lo entendía, pero necesitaba que él entendiera que ella debía tomar sus propias decisiones.
— Me dejaré secuestrar. — Volvió a repetir. — Pero llevaré un rastreador. Sabréis dónde estoy, por tanto no sufriré peligro.
— Mentira. — Dijo Damian, molesto. — Si no llegamos a tiempo podrías estar muerta.
— Eso no pasará. Al mismo tiempo encontraremos a Jon y a Oliver. — Hizo una breve pausa para tomar aire. — Y al Joker.
— Es un plan increíble. — Comentó Jason.
— Lo haremos mañana, hoy prepararemos a Gwen para el secuestro. Cada uno de nosotros hemos sido entrenados para esa situación. Menos ella.
— Sigo oponiéndome. — Negó Damian.
— Parece que no entiendes que ella es libre de hacer lo que quiera, Wayne. — Se quejó Dick.
— ¡No cuando su plan es un suicidio, mierda!
Damian salió molesto de la bat cueva directamente a su habitación. Los chicos se quedaron abajo durante un rato hablando con Gwen sobre cómo debía actuar en caso de emergencia, los chicos le implantaron en el brazo el localizador, tal y como lo llevaba cada uno de ellos. Cuando el sol ya se había puesto, Gwen salió exhausta de la cueva, había estado entrenando durante toda la tarde y estaba realmente cansada. Subió hasta el piso de arriba y vio la habitación de Damian cerrada. Se preguntó que debía hacer, le hizo caso a su corazón y tocó dos veces la puerta. Pasados unos segundos el chico le dijo que podía entrar. Nunca había estado en la habitación de Damian, pero era todo lo que podía esperar. Era elegante y masculina como él, olía a Armani y estaba perfectamente ordenada. Gwen se sentó en la cama con él, aunque Damian evitaba mirarla, y dirigía su vista hacia la ventana más cercana.
— Se que estás enfadado Damian, pero entiende que es lo mejor. — Habló rompiendo el silencio.
— ¿Eres consciente de lo peligroso que es?
— Lo soy, pero creo que tú no eres consciente de que yo estaría dispuesta morir si es por proteger a la gente que quiero. — Damian se vio sorprendido, le tomó por sorpresa.
— Jamás dejaría que alguien pusiera en peligro a mi habibi. — Un leve sonrojo se instaló en las mejillas de la chica. No se creía como la había llamado. Sabía que Damian era de descendencia árabe, y escucharlo hablar en ese idioma le parecía realmente atractivo.
— Damian, ¿qué estamos haciendo? — Sin necesidad de especificar, él sabía perfectamente a qué se estaba refiriendo. Se acercó a ella y colocó un mechón de su pelo rubio detrás de su oído. Le regaló una pequeña sonrisa.
— No sé que es querer a alguien, creo que nunca he tenido ese sentimiento. — Confesó. — Pero creo que se siente igual a lo que yo estoy sintiendo por ti, Gwen. Siempre me enseñaron a no tener piedad con nadie, pero ¿tú? , jamás pensé conocer a una persona tan dulce, valiente y admirable. — No podía creer lo que estaba escuchando.
