DESDE QUE HABÍA DESCUBIERTO la terraza de la mansión, se pasaba un buen rato del día sola pensando. Solía ser al atardecer, le gustaba ver como el sol se ponía dejando esos colores rosados tan bonitos en el cielo. Escribía su diario cuando un carraspeo la sobresaltó sacándola de aquel trance tranquilo en el que se encontraba.— No sabía que alguien también había descubierto mi sitio especial. — La voz de Tim la hizo sonreír. Era muy agradable compartir tiempo con él. — ¿En qué pensabas?
— En Oliver, me gustaría saber cómo está en estos momentos. — Admitió. — Está siendo difícil.
— Te entiendo, no sabes cuánto me gustaría encontrarlo. Estamos haciendo todo lo posible y creemos tener una pista. — Los ojos azules de Gwen se iluminaron más todavía.
— ¿Qué? Cuéntamelo por favor.
— Hemos descubierto el último paradero de Jonathan Crane, no sabemos si tu hermano está allí, pero es mejor que nada. — Se encogió de hombros.
— Es increíble. ¿Cuando iréis? — preguntó, pretendía ir con ellos.
— Necesitamos ser todos los del equipo es una misión arriesgada. Jason está en Star city ayudando a Roy Harper con algo. Cuando él vuelva iremos.
— Quizá suena estúpido, pero quisiera acompañaros. — Tim abrió los ojos como platos.
— Eso es impensable, Gwen es demasiado peligroso para ti.
— Olvidas cuanto he estado entrenando.
— Lo sé, pero no se si el resto del equipo pensará que es una buena idea. Hablaré con ellos.
— Gracias Tim, es importante para mí.
El sol se puso, y ambos chicos estuvieron un rato hablando sobre cosas que les hacían reír. La cena también estuvo tranquila, aunque ella se mantuvo algo callada. Subió a su habitación y se puso su pijama, que constaba de un pijama de rayas Victoria Secret rosa. Traquearon la puerta justo cuando estaba por irse a dormir, pero abrió y se topó con un Damian nervioso.
— Gwen. — Ella arqueó las cejas sin entender su actitud. — ¿Puedo pasar?
— Sí, claro. — Este entró y se sentó en su cama, ella a su lado, esperando a recibir una respuesta de que sucedía. Se veía afligido y algo cansado. Sabía que venía de patrullar por el golpe en su ojo derecho, estaba morado. Este no dijo nada, se limitó a apoyar su cabeza en el hombro de Gwen, ella se sintió bien, por primera vez sintió que confiaba en ella y que ella también podía confiar en él. Estaban entablando una amistad, o eso pensaba. Seguía sin entender la razón del beso del otro día en el entrenamiento. Podía ser solo un calentón, aunque ella no lo tenía claro. Cuando él estaba cerca sentía como el estómago se le revolvía, y cuando recordaba las veces que la había salvado sonreía inconscientemente.
Los dos jóvenes se durmieron juntos hasta que el sol los despertó entrando por la ventana abierta de la habitación de Gwen. Ninguno sabía bien que decir, estuvieron en silencio durante unos minutos hasta que Alfred tocó la puerta para avisarles de que el desayuno estaba puesto en la mesa.— Gracias por hacerme compañía esta noche. Ayer no fue bien la vigilancia.
— ¿Qué pasó? — Preguntó entrando al baño para lavarse la cara. Se quitó el pijama y se puso ropa de deporte. Salió del baño y vio que Damian seguía en la cama, con su traje todavía puesto.
— Solo salimos Tim y yo, eran muchos y si no llega a ser por qué nos retiramos a tiempo, también nos habrían llevado a nosotros.
— Estáis bien. Los dos estáis bien. Eso es lo importante Damián. — Intentó hacerlo sentir mejor.
— Eso no es lo que me importa. — La miró por primera vez. — ¿Y si un día no puedo salvarte a ti? — Las palabras fueron como un balde de agua fría para ella.
— Si eso pasase, yo no te culparía. — Se sentó a su lado en la cama.
— Se que fui rudo contigo al principio, pero quería evitar esto.
— ¿Evitar el qué? — Preguntó curiosa.
— Enamorarme de ti.
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Exile - Damian Wayne.
Hayran Kurgu~Siento que ya he visto esta película antes. Y no me gusta este final.~ Gwen se muda a Gotham desde Star City, no quiere seguir siendo la sombra de su hermano Oliver Queen. Allí conoce a un chico muy peculiar. Este libro trata temas como la toxicid...