Chapter 15

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EL ESPANTAPÁJAROS GRITABA intentando deshacerse de las cuerdas que lo ataban a aquella silla

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EL ESPANTAPÁJAROS GRITABA intentando deshacerse de las cuerdas que lo ataban a aquella silla. En medio de la oscuridad de la bat cueva, Gwen se desquitaba dándole repetidos golpes.
La rubia había pasado una noche entera con una mascarilla para desintoxicar sus pulmones de la droga de Crane, así que esta vez ella le estaba devolviendo el favor. Había conseguido sacarle bastante información, como por ejemplo el último paradero conocido del Joker. Se sentía orgullosa de ella misma, no por la manera en la que lo había logrado, si no porque era algo muy bueno para el equipo.

Cuando Gwen le dio otro golpe a Crane, dos chicos entraron a la batcueva. Damián y Dick discutían sobre algo que ella no lograba escuchar. La rubia dejó en la mesa la navaja con la R de Robin que había cogido de la cueva. Se giró dándoles a los chicos una sonrisa inocente. Ellos enarcaron una ceja sorprendidos ante aquella escena.

— Esto no lo esperaba de ti. — Comentó Dick, ella sintió vergüenza de si misma.

— Yo habría hecho lo mismo. — Damián la defendió y ella se sintió mejor, más segura.

— He averiguado un par de cosas. — Comenzó a hablar alejándose del fugitivo, quien en media hora estaría entre rejas. Los chicos la siguieron intrigados. — El último paradero de Joker fue Malía Bright, una mujer mayor recién fallecida y sin hijos, el piso estaba vacío. Parece que lo está usando.

— Mandaremos a alguien a comprobarlo. — Dijo Grayson. Ella negó.

— Si es cierto, mandar a uno solo es un suicidio. Tenemos que ir juntos. — Damián asintió.

— No suelo decirlo porque mi ego no me lo permite, pero ella tiene razón.

— Bien, iremos mañana y Batman vendrá con nosotros. — Gwen se sorprendió. — Esto es algo superior, necesitamos refuerzos.

— Mañana mismo, no tenemos que perder tiempo. — Afirmó Damián.

— Voy a hablar con Bruce, después con los chicos. Deberíais tomaros el día libre, mañana será un día cansado. — Recomendó el mayor.

— Lo haré, llevo un buen rato desquitando mi estrés con ese idiota. — Gwen cogió su teléfono para revisar la hora, era bastante pronto y le pareció una buena idea salir de la mansión aquel día. Hacía bastante tiempo que no se tomaba un descanso.

Tomó una ducha fría y se vistió con una blusa blanca. Se hizo un peinado sencillo, dos pequeñas coletas que recogían parte de su cabello, dejando el resto libre. Había quedado para salir con Damián, era su primera cita y estaba algo nerviosa por ello. Aquella noche irían a pasear a la ciudad, como dos jóvenes de dieciocho años normales. Cuando la joven terminó de arreglarse y vestirse, salió al pasillo de la mansión y vio a su enamorado vestido con un polo de color negro y unos pantalones del mismo color. En sus manos había una hermosa rosa, la cual le ofreció a la rubia cuando la vio salir de su habitación. Gwen sonrió y sintió como mil mariposas revoloteaban su estómago.

— Es del jardín de Alfred, pero esta en particular la he estado cuidando yo, para ti mi habibi.

— Cuando quieres puedes ser un encanto, Damián Wayne. — Dejó un beso en su mejilla. A este no le bastó y tomó su mentón para besar sus suaves labios.

Aquella noche tomaron prestado uno de los coches de Bruce. Ambos tenían licencia de conducir así que no hubo problema. Damián condujo hasta un restaurante conocido y bastante caro en Gotham. La cena estuvo increíble, ambos chicos pasaron toda la velada charlando de todo un poco, conociéndose mejor. Gwen estaba realmente feliz viendo a Damián hablando de su pasado. Tim le había dicho que lo había pasado bastante mal anteriormente y que por eso era como era, pero ella solo veía un niño que había sufrido mucho y con un pasado traumático que no debió tener. Por otro lado, ella le contó sobre cómo fue su infancia con su hermano Oliver y Thea, aunque con ella tenía menos relación. Le costaba mucho hablar sobre cómo se sintió cuando Oliver desapareció, pero con él tenía la confianza suficiente como para abrirse y desahogarse.
Después de la cena fueron a un parque precioso, había un concierto a la luz de las velas. Estos se sentaron en un banco a escuchar la música de violín que sonaba. El azabache se levantó, Gwen se extrañó, más cuando sacó una caja de su bolsillo y le mostró una pulsera de diamantes.

— Quería que esto fuese especial. — Explicó algo avergonzado. — Gwendoline Queen, ¿puedo ser tu novio?

Exile - Damian Wayne.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora