Chapter 17

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LA MUERTE DE TIM impactó a todo el equipo

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LA MUERTE DE TIM impactó a todo el equipo. Era alguien muy querido por todos en la familia, y por ello estaban realmente devastados.
Habían conseguido encerrar a todos los villanos en prisión nuevamente, pero habían perdido familia y amigos en el camino y era algo que los marcaría de por vida. Bruce no se veía tan afectado como el resto, él lo llevaba con más calma para ayudar a sentirse mejor a los más jóvenes. Gwen ya se sentía como una hija más de él, era el padre que siempre había ansiado tener.

En aquellas dos semanas después de la misión Gotham parecía otra, todo era mucho más tranquilo y eso inquietaba a Dick y a Bruce más de lo que admitían. Por otra parte Gwen viajó durante dos días a Starling City para visitar a su hermano y pasar tiempo con él, ya lo echaba de menos y necesitaban ponerse al día.
Rieron, lloraron y se reconfortaron juntos. La relación que mantenían era la que cualquier hermana querría tener con su hermano mayor.
Mientras que con Damián estaba cada vez mejor, sentía que era el amor de su vida. Cuando estaba con él se sentía segura, se sentía en paz. Era la sensación más placentera que había podido experimentar jamás.

Aquella mañana Gwen se levantó de la cama con una sonrisa, era su última día de universidad. Había estudiado en casa y hoy era día de exámenes. Si todo salía bien, en una semana estaría haciendo las prácticas en el hospital de Gotham y eso la hacía muy feliz.
Desayunó un café con leche condensada y un croissant de chocolate. Damián fue quien la llevó a la universidad en su moto, él amaba sentir el fuerte agarre de su novia cuando aceleraba el vehículo. Se despidió de ella con un beso en la frente y uno corto y suave en los labios, cuando la vio entrar por la puerta sosteniendo los apuntes de su primer examen, aceleró y se perdió entre los callejones.

La mañana transcurrió y Gwen sentía un dolor de cabeza intenso, hasta que terminó los exámenes no pudo parar a tomar algo. Fue a la cafetería de la universidad y se sentó con una chica que conocía desde que entró a la carrera. La chica morena le sonrió y ella  le sonrió de vuelta. Gwen traía para almorzar un sándwich que Alfred le había preparado con cariño, deseándole suerte.

— ¿Qué tal te ha ido Gwen? — Preguntó la chica de piel morena mientras mordisqueaba un lápiz desgastado.

— Creo que bien, ha salido todo lo que había estudiado y eso me tranquiliza.

— A mí me queda un examen. — Resopló. — Si ambas aprobamos trabajaremos juntas.

— Solo que tú en psicología y yo en cirugía y emergencias. — Apuntó.

— Cierto. — Sonrió. — Mejor voy a ir al salón de clases antes de que llegue mucha gente y me dejen el sitio del aire acondicionado roto, me moriré de calor. — Rió. — Si quieres podemos quedar algún día de estos fuera de aquí.

— Claro, me encantaría. — Sonrió con ilusión, pues no tenía ninguna chica con la que charlar desde que Tamara murió. Aunque también sentía que estaba poniendo en peligro a Marie, que no tenía nada que ver con su mundo.

— Entonces te escribiré, Tami me pasó tu número hace tiempo. — Sonrió con nostalgia y suspiró . — Nos vemos Gwen.

Cuando la chica desapareció entre el barullo de estudiantes ella se levantó para llamar a Alfred, había quedado en que él pasaría a por ella. Salió del edificio y se encontró con su novio apoyado en la moto cruzado de brazos, esperándola con una sonrisa y un ramo de rosas azules. Corrió hacia él como si no lo hubiese visto en años y lo besó con una pasión. Estaba enamorada de Damián Wayne y no le asustaba decirlo.

— Te quiero, Damián. Eres el mejor.

— Lo sé. — Sonrió. — Y yo te quiero más, rubia.

Los adolescentes fueron a casa y cuando llegaron los chicos la estaban esperando. Le habían organizado una fiesta sorpresa. Gwen no podía creerlo. En cuanto vio a Alfred con un gorrito de fiesta se echó a llorar de emoción. También estaba su hermano, sosteniendo un regalo.

— Se que no es la gran cosa, pero no he tenido mucho tiempo y Thea y yo queríamos hacerte un detalle por tu final de carrera. — Dijo con una sonrisa. Oliver le extendió la mano para darle la pequeña cajita y contenía un colgante en el que ponía Por y para siempre.

— Oliver esto es increíble, es precioso. — Oliver le apartó el pelo para abrochar el colgante con forma de corazón alrededor de su cuello. Ella lo tocó con una sonrisa y los ojos acristalados. Abrazó a su hermano y él le correspondió.

— Nosotros también queríamos hacerte un regalo Gwen. — Jason habló poniéndose a su lado.

— No solo por tus estudios, sino porque a la misma vez nos has ayudado a salvar la ciudad una y mil veces. — Dick llevaba una bolsa escondida tras él, y se la dio a Damián para que este se la entregase.

— Esperamos que te guste habibi.

Cuando Gwen vio lo que había dentro de la bolsa tan solo le faltó saltar y gritar de la emoción. Un bolso de su marca favorita con una foto de todo el equipo eran el contenido de la bolsa blanca que los chicos le habían dado. Los abrazó uno por uno agradeciendo el regalo, ese bolso costaba por los tres mil dólares.

Alfred se acercó a ella sosteniendo una tarta de queso y frambuesa, su favorita. Le sonrió amablemente y a ella le pareció algo adorable. Colocó la tarta en la mesa y le movió la silla para que se sentase.

— Espero que te guste Gwen, siempre me dices que te gustan las comidas que hago así que me he informado un poco y pensé que esto te gustaría.

— Es perfecto Alfred, gracias. — Dijo acariciando la mano del casi anciano, causándole una sonrisa.

Tras explicar cómo le habían ido los exámenes pasaron la tarde hablando, riendo, contando anécdotas vergonzosas sobre cuando eran niños y jugando juegos de mesa siendo obligados por Gwen.

Era realmente feliz con ellos, y daría cualquier cosa porque esa felicidad se mantuviera. Ella esperaba que algún día ya no hiciese falta robin o Batman, o cualquiera de ellos, y que entonces ellos solo fuesen una familia normal. Aunque en el fondo sabía que eso no pasaría, muchos peligros acechaban Gotham, y no estaban preparados para ello.

Exile - Damian Wayne.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora