Chapter 12

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AQUELLA ÚLTIMA SEMANA TODO había sido distinto

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AQUELLA ÚLTIMA SEMANA TODO había sido distinto. Su hermano estaba bien, ya se había recuperado de las heridas y solo necesitaba algo más de descanso. Pero cada vez que cerraba los ojos se acordaba de la imagen de Jon pálido y frío sin vida. Cuando Damian se enteró estuvo dos días enteros sin salir de su habitación, ni siquiera Gwen era capaz de hacerle entrar en razón y al menos que quisiera comer algo. Ella se sentía mal por lo sucedido, sabía que no había sido su culpa, pero no podía evitar pensar en que si hubiera llegado antes Jon habría tenido la misma suerte que su hermano.
La relación entra ella y Damian había cambiado, ahora él volvía a ser distante y frío. No entendía que sucedía por la cabeza del de ojos verdes, pero le estaba haciendo daño.
Los rayos de sol entraban a la habitación de Gwen, a la misma vez que se levantaba de la cama escuchó como tocaban la puerta. Esperaba con ansias que se tratase de Damian para darle los buenos días como anteriormente solía hacer, pero era Jason. El chico del mechón blanco entró y se sentó en la mesa escritorio de la rubia.

— ¿Qué os pasa al demonio y a ti? — Preguntó sin rodeos.

— No sé de qué hablas. — Intentó hacerse la loca, pero falló.

— Conozco a Damian, también a ti. Ni siquiera entrenáis juntos ya. — Ella sintió una pena inmensa.

— No lo sé Jay, simplemente me desperté después de lo que pasó y ya no me quiso más.

— No creo que sea eso lo que ha pasado, bonita.

— ¿Entonces qué? No he hecho nada para que esté enfadado conmigo. — Limpió una lágrima rebelde.

— Mira, dejando a un lado que Damian es un robot sin capacidad de sentir. — Dijo en broma para animarla. — Creo que se culpa por lo que pasó y quiere alejarte de él para no ponerte en peligro.

— Pero esa es mi decisión no la suya.

— Ya sabes cómo es, puedes intentar hablar con él. — Se encogió de hombros. — Pero por favor, no llores por él y no esperes que cambie. Él no se ha criado como nosotros Gwen.

— ¿Qué quieres decir? — La charla de los chicos se vio interrumpida cuando Alfred tocó la puerta para llamarlos al desayuno.

Desde hace una semana los desayunos y comidas en grupo eran incómodas para ella, aunque el resto parecía poco afectados por lo de Jon, ella quería estar en el lugar de él. Damian ni siquiera la miraba, se sentía despreciada. Terminó su plato de pancakes con miel y salió de la mansión hacia el jardín, metió sus pies al lago que había cerca de la gran casa, sentándose en el muelle. No solía ir allí sola, pero había visto desde su habitación lo bonito que era, y una vez se sentó allí empezó a darle vueltas a su cabecita como solía hacer.
Sintió la presencia de alguien más sentándose a su lado, cuando vio a Damian mirando al frente no formuló la palabra y se sintió diminuta e insignificante a su lado.

— Siento lo de Jon. — Habló por primera vez en una semana.

— Yo también lo siento, era tu mejor amigo también.

Quedaron callados durante probablemente diez minutos sin saber que decirle el uno al otro.
Únicamente escuchando el sonido de las hojas cayendo al suelo y la tranquilidad que ofrecía el lago sereno.

— Gwen no quiero ponerte en peligro. — Admitió este mirándola por primera vez.

— ¿Cuándo entenderás que yo tengo poder de decisión en mi vida? Yo he decidido quererte Damian. — Elevó la voz. — Yo he decidido vivir esta vida como cualquiera de vosotros.

— ¿Qué quieres decir? — Preguntó incrédulo a sus pensamientos.

— Quiero ser una vigilante de vuestro equipo.

Exile - Damian Wayne.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora