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Kate y Anthony habían viajado un día antes para recibirnos a todos como el vizconde y la vizcondesa que eran, había sido su idea salir de la estresante ciudad por unos días, con Francesca y Eloise debutando sabían que se merecían esas vacaciones, dejar que Francesca descansara de las atenciones constantes de caballeros inadecuados para ella y descansar todos de los constantes lloriqueos de Eloise por rehusarse a bailar o simplemente charlar con cualquier hombre.

- Penelope, me encanta que hayas aceptado venir -Kate fue directo a abrazarla.

- Gracias por invitarme, lady Bridgerton -rieron.

- Sin duda también a ti debía hacerte falta un descanso, ¿no es así? -Anthony se aproximó a ellas- llevar las riendas de una casa no es sencillo.

- Estoy de acuerdo, todo lo que veía últimamente eran documentos y cuentas.

- Al menos alguien aquí entiende lo que yo vivo constantemente.

- Yo entiendo lo que haces y lo agradezco -Anthony abrazó a Kate y se dieron un tierno beso. Antes, Penelope sentía mucha tristeza de verlos, por no decir envidia, eran la viva imagen del amor, al igual que Daphne y Simón, aunque a ellos no solía verlos constantemente. Sin embargo, ahora era diferente, ya no envidiaba su amor, únicamente deseaba poder amar con tanta libertad como ellos lo hacían.

- Vayamos adentro, debemos descansar antes de cenar todos juntos. ¿Colin y Daphne no han llegado? -Violeta Bridgerton se acercó a ellos.

- Aún no, Daphne y Simón llegarán hasta mañana y Colin ya debería estar por llegar -escuchar su nombre la emocionó.

Era consciente de que estar con él aquí era casi igual de difícil que estar con toda la sociedad alrededor, sin embargo, era diferente. Aquí podían convivir sin que se viera extraño, podían mirarse el uno al otro y quizá ocasionalmente esconderse entre los pasillos para algo más.

- Vamos Pen, yo misma te llevaré hasta la habitación que he elegido para ti -Kate la tomó del brazo y la guió por toda la casa. Pen no dejaba de admirarse por lo hermosa que era la residencia oficial de los Bridgerton, siempre había soñado con estar ahí e imaginaba cada uno de sus detalles con los vagos relatos que Eloise le hacía. -el balcón da hacia el jardín trasero e hice que pusieran unos tulipanes para ti, espero te gusten.

- Eres muy amable Kate, una excelente vizcondeza.

- ¿Lo crees? ¿Lo estoy haciendo bien?

- Por supuesto.

- Estoy algo nerviosa, quisiera planear un baile pronto y no sé si estaré a la altura.

- No tienes que preocuparte por nada, tienes un excelente gusto y eres muy buena organizando.

- Gracias Pen, tus palabras me alivian. Ahora te dejaré descansar y tengo que ir a asegurarme de que la cena vaya a tiempo.

- Por supuesto, ve, yo estaré aquí -ambas sonrieron y Kate salió, Penelope caminó por la habitación mientras observaba los detalles.

Las paredes eran de un delicado color azul con detalles dorados en sus decorados, se acercó hasta la ventana para admirar el paisaje, el jardín donde habían jugado todos los hermanos Bridgerton de pequeños y que seguían usando para continuar compitiendo. Había escuchado tantas historias de aquellos juegos, todas eran de peleas monumentales, que terminaban entre risas. Afortunadamente, sin duda, le encantaría que sus hijos también tuvieran esas experiencias.

- Pen -una voz la sacó de sus pensamientos y la hizo asustarle ligeramente. Al voltear, vio a Eloise justo en el umbral de su puerta. -no creí que aceptarías venir ya que estabas evitándome.

Tarde Donde viven las historias. Descúbrelo ahora