Capítulo 1: La entrevista de trabajo.
Llegué unos minutos tarde con la respiración echa un completo caos y mis piernas temblando, esperaba que estas personas entendieran que el tráfico de la ciudad era un completo caos, mi taxi se había quedado atascado en el tráfico a tres cuadras y tuve que bajarme para llegar corriendo. Era mi primera experiencia laboral y llegar tarde definitivamente era muy malo para la primera impresión. Entré al gran edificio oscuro donde operaba el servicio especial del gobierno (SEG) y me acerqué a la recepcionista.
—Hola vengo para la entrevista de trabajo con el señor Hofmann, soy Jana.
—¿Señorita Clark?
—Sí.
Ese era mi apellido, ella me miró de arriba a abajo, probablemente viendo que mi camisa blanca sudada se me pegaba al pecho mostrando desfavorablemente mi sostén negro y mi cabello estaba completamente desordenado.
—El comandante Hofmann tuvo que salir pero dejó dicho que lo esperara en su oficina. Piso 6, Oficina 8.
—Gracias. Eh, ¿dónde está el baño?
Ella continuó escribiendo en su computadora mientras respondía:
—En cada piso hay uno.
—Vale.
Subí al piso 6 como me indicaron y fui al baño, me refresqué el rostro mirándome frente al espejo y me retoqué el labial, intenté secar mi camisa llena de sudor, al menos lo logré un poco, y luego arreglé un poco mi cabello amarrándolo en una cola alta para no verme tan desastrosa, me acomodé mis lentes, lucía mas profesional. De repente me llegó una llamada de Juliana; mi mejor amiga, le atendí.
—Amiga ¿ya llegaste? —preguntó.
—Eh, sí —aclaré mi garganta—, un poco tarde porque mi vuelo se retrasó, pero tu querido novio al parecer salió, dejó dicho que lo esperara en su oficina.
Maximilian Hofmann pertenecía —según Juliana— a un alto rango del servicio especial del gobierno, y ella me hizo saber que estaban buscando personas especializadas en arqueología y el lenguaje Sumerio, en cuanto Juliana lo supo me llamó y dijo que podía hacer que su novio me hiciera una entrevista para postularme en un proyecto de investigación que tendrían. Yo era una aficionada de ese idioma y amaba la exploración, así que no dudé en aceptar. Juliana y yo desde que nos graduamos, nuestros caminos se separaron, ella en economía con un buen trabajo en una empresa de Chicago y yo en California en un asilo de ansianos porque era el único trabajo disponible para mí tras muchas deudas que seguía pagando por haber estudiado una carrera sin mucho campo laboral, sin embargo tras dos años que Juliana y yo no nos veíamos, siempre mantuvimos el contacto y acepté sin dudar venir, tomando el primer avión que encontré desde California a Chicago ante esta oportunidad que podía salir terriblemente mal o ser la salida a mis problemas económicos.
—Te dije que llegaras temprano —me regañó— él no es muy paciente.
Al parecer el maravilloso comandante Hofmann con el que mi amiga había iniciado una relación hace un año no era tan maravilloso después de todo.
—Si el trabajo es para mí, entonces nada lo impedirá, así que relájate... —murmuré.
—No me relajo cuando has dejado tu antiguo trabajo por venir aquí, siento que estoy más angustiada que tú.
Sonreí girando los ojos.
—Vale tienes razón, pero tranquila, intentaré que todo salga bien y me den el puesto.
—Confío en ti, suerte.
—Gracias.
Colgué y entré a la oficina número 8 donde decía afuera en una placa plateada comandante Maximilian Hoffman. Todo estaba inquietantemente muy ordenado y limpio, tomé asiento, la pared estaba llena de placas de conmemoraciones y méritos todas dirigida hacia el señor Hoffman, también vi algunas fotos y hasta ese momento me di cuenta que no había visto ni una foto del novio de mi mejor amiga. Me iba a levantar para verlo mejor cuando de repente se me cayó la carpeta al piso y mi lapicero rodó debajo del escritorio.
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Perdición (+21)
RomanceCuando Jana, una talentosa y apasionada arqueóloga, es elegida para un proyecto de exploración por el gobierno, no imagina que esta misión cambiará su vida para siempre cuando conoce al comandante Maximilian Hoffmann; el prometido de la mejor amiga...