Capítulo 48: Engaños ciegos

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Dedicado a: Danielavilarreal

Capítulo 48: Engaños ciegos

JANA CLARK

Me quedé por unos segundos en silencio, mi respiración subía y bajaba mientras observaba sus profundos ojos azules, la cachetada que le había dado se le marcó como una marca roja en el rostro. Él observaba mi reacción, sabía lo que había dicho, sabía que había sido una bomba.

-¿Co... cómo puedes estar tan seguro de eso?

El comandante Hofmann tomó una profunda respiración y murmuró:

-Entiendo que no me creas, lo conoces más a él que a mí.

¿Entonces esto quería decir que él tenía tiempo sabiendo esto? Porque me lo dijo en un impulso de rabia, no porque en realidad quisiera advertirme que me estaban montando los cuernos.

-Max -di un paso hacia él fijando mí mirada en la suya sintiéndome confundida, cómo si hubiera entrado a otra realidad donde todo lo que creí real, no era así-, ¿cómo estás tan seguro de que él me engaña? ¿Qué sabes?

Lo peor de esto era que confiaba ciegamente en lo que me decía el comandante Hofmann, porque aunque me ocultaba cosas, no era de los que decía mentiras al azar solo para herir.

Maximilian negó con la cabeza.

-La única ventaja que tengo, o más bien, que tenemos sobre ti, es que nosotros hablamos Alemán -me explicó- y entiendo perfectamente las conversaciones que tú no.

Pestañee un par de veces, ¿entonces fue con una del ejército especial Alemán que me engañó? Recordé ese momento en que una de ellas se le acercó, él mensaje equivocado que recibí y él borró, las miradas que me daban, creí que era porque los alemanes solían ser distantes y por lo que comentó Donovan hablando despectivamente de mí con ellos, pero, al parecer era más que eso.

Maldición, todo era tan obvio que me sentí ridícula por aferrarme y poner las esperanzas en alguien que lo único que hizo fue patear y menospreciarme, creyendo que me tenía en su control. Me sentía pateada, burlada, fría y congelada.

A pesar de que yo le había hecho lo mismo a Donovan, creí realmente que lo conocía demasiado cómo para que él pensara en hacer algo así. Al parecer, yo no conocía nada de la vida, ni nada de las personas, ni nada de nada.

-No quería ser el que te dijera esto, creí que te darías cuenta o que lo dejarías, pero sólo le seguias dando oportunidades; oportunidades que no merece.

Y sí me di cuenta, por la forma en cómo se desenvolvía con las otras chicas, en cómo pasaba los límites que él tanto interponía antes. Donovan había cambiado. Yo había cambiado. Ya no éramos los mismos, ya nada volvería a ser igual.

-¿Con quién? -le pregunté a Maximilian- ¿con quién me engañó?

Él negó con la cabeza.

-Schatz -susurró-, no te lastimes más...

-Dime -insistí-, quiero saber.

Maximilian soltó un suspiro y murmuró:

-La pregunta sería: con quién no lo hizo. Tal parece casi todas estuvieron con él y participó en orgías.

¡¿Qué?!

Di un paso atrás, mí estómago se contrajo, tuve náuseas. Lo que yo le hice, él me lo hizo peor, mil veces peor. El pedestal donde estaba Donovan se cayó y las gotas que pudieron quedar de mí amor por él se terminaron de secar.

Perdición (+21) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora