Capítulo dedicado a: Lanzhanwife
Capítulo 23: Maldito Big Boss
MAXIMILIAN HOFMANN
La maldita polla me iba a romper el maldito pantalón de lo apretada que estaba contra mi cremallera. La maldita ninfa de ojos tan verdes como la esmeralda se había convertido en un martirio para mi. Sabía que ella me deseaba de la misma manera que yo lo hacía con ella, la diferencia era que no cedía, ella era diferente, era difícil de entrar en su cabeza y hacerle cambiar su moral e ideales, así fuera por una noche o un rato, ni siquiera cuando su cuerpo entero ardía por mí, siempre parecía y lograba entrar en razón alejándose de mí.
Debía lanzar la toalla con ella y resignarme a que nada pasaría, sin embargo, me enojaba la idea de perder algo que deseaba, se había encargado de golpear mi ego y mi orgullo, tenía y quería mandarla a la mierda, ¿pero por qué no dejaba de pensar en ella y en lo que le hacía a mi maldita cabeza?
«Maldita baby calienta bragas» lo peor es que ella nunca se acercó a mí con otras intenciones, yo era el que me descontrolaba y ella me correspondía por segundos y minutos, en ese lapso de tiempo yo era su completo dueño, ella era mía, hasta que volvía en sí misma y se alejaba de mí.
Algo peor que una mujer hermosa que me estuviera enloqueciendo, era una mujer que me retara y me hiciera frente a mi, ella era metódica e inteligente, una mujer que pensara y tuviera sus convicciones claras como la doctora Jana Clark empezaba a ser mi martirio personal, porque nunca había conocido a alguien como ella.
Me senté en el escritorio y me obligué a terminar mi trabajo cuando tocaron la puerta, no respondí, no quería que nadie me molestara. Sin embargo, sin esperar respuesta abrieron y el coronel Freddy Hill asomó la cabeza con esa irritante sonrisa en su cara.
—¿Todavia trabajas? —preguntó.
—¿Qué quieres? —gruñí sin despegar la vista de los papeles frente a mí; ignorandolo adrede.
Él se acercó y se sentó en la silla frente a mi escritorio.
—Vamos a salir a un bar mexicano —dijo.
—Tengo trabajo.
—Todos van a ir, vamos, hay que despejar la cabeza ante toda la mierda que ocurrió.
Toda la mierda de los ataques de los terroristas hicieron de esto algo completamente diferente a lo que se tenía planeado, los Giraffen metiendo las narices donde nadie los llamaba empezaba a irritarme, porque podía ver que se acercaban los problemas que este era solo el inicio.
—Lo menos que quiero es despejar la cabeza —respondí—. Esto es trabajo, no vacaciones.
Él se levantó alzando las palmas de las manos mientras decía:
—Vale, no vayas, tal vez deba buscar a la doctora Clark como nueva amiga para que me haga compañia.
Giré los ojos.
—No creo que ella vaya, es muy seria para perder el tiempo con ustedes cuando tiene trabajo qué hacer —repliqué.
—Piensas mal, los tenientes van con ella. —dijo.
Me quedé por medio segundo "leyendo" la carpeta, pero la verdad era que procesaba el hecho de que no conocía lo suficiente a la doctora Clark para predecir sus movimientos, creí que ella era más de las que no les gustaba salir y que no saldría con el equipo, cada vez me equivocaba más con ella.
Cerré la carpeta cuando una idea cruzó por mi cabeza, yo era un hombre de estrategias, y yo no era de los que aceptaba mi derrota, no iria a por ella, ella vendría por mí, solo tenía que hacer un plan y ahora sabía perfectamente lo que haría.
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Perdición (+21)
RomanceCuando Jana, una talentosa y apasionada arqueóloga, es elegida para un proyecto de exploración por el gobierno, no imagina que esta misión cambiará su vida para siempre cuando conoce al comandante Maximilian Hoffmann; el prometido de la mejor amiga...