Miradas Frías [gay] TERMINADA

Capítulo 6

—Hey, Darrien —dijo John cuando llegué junto a él, estaba sentado junto a una chica—, ¿qué te parece el lugar? —tenía una bebida sospechosa en la mano, ¿quién sabe qué servían aquí?

—Está bien —contesté cortante—, ¿hablamos ahora?

Realmente no me gustaba, era feo, era un bar de mala muerte, estaba lleno de prostitutas y ebrios, ni siquiera las luces de colores y la música lo mejoraban.

—Oye, no tan rápido —rió con cinismo—, disfruta un poco la fiesta, esta es una... amiga.

Señaló a la chica a su lado, su cabello era pelirrojo intenso y sus ojos eran color miel, ahora se veía molesta y eso me resultaba divertido. Traía un vestido corto y zapatos altos.

—Wow —dije, la muchacha miró mal a John y él se quedó pasmado—. Bien —dijo ella molesta, John la miraba con los ojos bien abiertos mientras se iba, luego me miró mal a mí.

—Fue tu culpa —dijo cruzado de brazos.

—No lo fue —dije, me reí de él—, me da igual, háblame de lo que me ibas a hablar.

—Bien —habló serio, nunca había visto tanta seriedad en sus ojos—, deja en paz a Will

—No —seguí riendo—, ¿para qué quieres eso? ¿Te gusta?

—Sé que has matado personas —dijo, consiguió toda mi atención—, no me das miedo, no pretendo denunciarte ni hacerte nada, sólo déjalo en paz, ¿sí?

—¿Cómo sabrías todo eso? —me burlé, era imposible que estuviera hablando en serio, imposible...

—No juguemos este juego —murmuró—, lo sé todo.

—Finjamos que es así —lo miré a los ojos—, ¿cómo lo sabes?

—Lo sabrás todo en su debido momento —volvió a decir, rió con burla.

Ya estaba demasiado harto de él, de toda su actitud, de todo. Lo tomé del cuello con fuerza y derramó lo que estuviera tomando, conseguimos la atención de algunas personas, algunas reían al vernos. Quería golpearlo muy fuerte.

—¿Quién esta jugando aquí? —dije con veneno en la voz, lo solté—. Respóndeme ahora, no te toleraré más.

—Sacas tus garras, ¿eh? —se frotó el cuello, seguía con esa tonta sonrisa en su boca—. Lo importante es que lo sé, ¿no? Ahora dime por qué tienes tantas ganas de hacerle daño a William Harries.

—Porque quiero hacerlo —confesé con rabia, ya no me importaba nada más, John me había llevado muy cerca del límite.

—¿Lo admites? —rió bajo dando un trago a su bebida.

John se creía muy listo, muy superior. Estaba muy equivocado conmigo, realmente necesitaba callarse y hacer lo que le dijera.

—Sí, así es —lo miré amenazante, retándolo—, ¿qué harás para impedirlo?

—Tiene que haber una razón... Sólo... dime qué quieres de él —habló con rabia, ahora había furia en sus ojos—. ¿Por qué le haces eso?

—¿A qué te refieres? —pregunté dudoso, yo sólo fingía ser su amigo, no debe ser tan malo.

—¿No ves cómo te mira? —gritó, al parecer yo también lo había llevado a su límite—, ¿no ves que le gustas?

Entendí todo, reí unos segundos. No podía ser en serio, todo esto tenía que ser un estúpido sueño, todo era demasiado ridículo, ¿cómo podría gustarle?

—Se le nota que le gustas —murmuró muy bajo.

La conversación se había vuelto interesante en ese momento...