Capítulo 36

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Will

Escuchaba el pitido en el celular. Mamá debe estar desesperada, pensé. No debe quitarle el ojo de encima al aparato.

—¿Hola? —escuché desde el otro lado de la línea. Su voz se escuchaba adormecida.

Apenas eran como las seis de la mañana y la diferencia horaria no era mucha. Debía estar dormida, ella acostumbra levantarse tarde.

Yo también lo hacía —cuando no tenía nada que hacer—, pero este era el único momento que tenía para robarle el celular a Darrien y hacer una llamada a escondidas. Él seguía dormido en la habitación.

—¿Mamá, te desperté?

Apenas hube dicho eso, hubo un sobresalto del otro lado de la llamada y su voz empezó a sonar más despierta.

—¿Eres tú, Will? ¡Dios mío, he estado tan preocupada! ¿Y tu teléfono? ¿De dónde me llamas?

—Hum, el celular... Conseguiré otro, tranquila. Estoy bien, te llamo del teléfono de... mi compañero de piso —mentí.

Debía tener la cara encandilada en estos momentos, odio mentir, y más de esta manera. Mi madre empezaba a hacer preguntas y preguntas y sabía que las respuestas no eran apropiadas.

—¿Qué te ocurre? ¿Cómo te va en todo? Pensé que había depositado suficiente dinero para que vivieras solo.

—Hum... Estoy bien. Decidí utilizar el dinero para la escuela, ya estoy por empezar los trámites.

—No me hum. ¿Me estás ocultando algo? ¿Dónde estás viviendo?

No la podía ver pero apostaba a que estaba entrecerrando los ojos con desconfianza.

—Eh, no es nada. Vivo... en un departamento.

—Bien, ¿y quién es tu compañero? —empezó a sonar desconfiada. Era su tono de sé que me estás mintiendo.

—Se llama Max e irá a la facultad conmigo —dije.

Traté de fijarme por la comisura de la puerta que Darrien siguiese dormido.

—Qué bien —habló sin emoción.

—Mamá, prometo llamarte cuando consiga un celular. Ahora mismo me tengo que ir, ya sabes... Cosas de la escuela —fingí una risa y corté lo más rápido que pude.

Si no tuviese frío estaría sudando. Ella estará molesta, normalmente siempre espero a que me diga 'te quiero' o 'hasta luego', pero esta vez no podía.
Odiaba mentirle... A cualquiera. Sabía que era pésimo haciéndolo.

Luego le daría explicaciones a mi madre, ahora quería volver a dormir.

Darrien seguía profundamente dormido, estaba acostado boca abajo e incluso lucía indefenso así. Lucía muy lindo. Su espalda se marcaba ligeramente y dormía con la boca abierta tirando de las sabanas y almohadas. Era imposible dormir con él, además odia que lo abracen y se mueve y remueve lo suficiente para hacerlo una tarea imposible. Supongo que mi sueño es lo suficientemente profundo como para que no me importe.

Volví a la cama con sigilo e intenté no despertarlo mientras él cambiaba de posición.

—¿Qué haces? —preguntó dormitando.

—Nada, sólo había despertado —murmuré.

Volvió a su posición anterior y no dijo nada más. Se volvió a dormir, supuse.

A penas se escuchaba la respiración de Darrien en la habitación y preferí sólo observarlo. Yo también odio que me toquen mientras estoy tranquilamente dormido, pero si fuera él no me importaría.
Intenté abrazarlo sutilmente.

Miradas Frías [gay] TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora