Capítulo 34 "Los colores de un triste payaso"

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La persona menos indicada para hacerle una visita a John era la pelirroja en el mustang, su cabello ya no estaba teñido de color cobrizo, su color natural también era rojizo, anaranjado exactamente.
Era la clase de chica que había ido a la universidad más lejana de su cuidad posible; sólo le había sacado un auto bonito a sus padres antes de irse.

Volvió para reencontrarse con su novio -o ex-. No le había sido difícil olvidarlo, pero era divertido, después de todo.
Se había conseguido un contacto que le había dicho todo lo que necesitaba saber, además de lo que ya sabía porque lo había vivido.
Recordar lo triste que había sido todo para ella desde lejos, cuando pensó que podría estar con él un largo tiempo. Pensó muchas veces en hacer lo que estaba haciendo ahora, y luchó por nunca hacerlo. Había decidido hacerlo ahora, pues estaba convencida de que ya no sentía nada.

Era la típica chica que iba en un coche con su cabello siendo llevado por el viento molestamente, sabía que luego lo tendría enredado cual tela de arañas o peor, como si no fuera suficiente tener semejante melena de antemano.
Debió recogerlo en una liga, pensó.
Tenía grandes lentes de sol y una expresión ordinaria y plácida. No sentía emoción por el momento.
Aprovechó, cuando se hubo detenido en un semáforo, para contener sus cabellos semi-lacios y enmarañados en un moño en la parte baja de su cabeza.
Ése semáforo sólo le indicó que estaba cada vez más cerca, porque ya no se encontraba en la autopista, sino en una carretera común.

Se planteó y lo pensó una y mil veces para hacer lo que estaba haciendo, ¿para qué remover el pasado? Algo así ya no valía la pena. Y realmente no sentía nada, estaba aburrida y cansada.
Aún había oportunidad de desviarse.
Era mediodía cuando por fin llegó a la parte fea de la cuidad (como la veía y llamaba). No sabía qué buscar exactamente, nunca había ido ni se imaginó yendo a un lugar parecido.
Igualmente cuando encontró el lugar sólo se quedó en el auto aparcado un buen rato meditando.

John Street estaba como de costumbre para él. ¿Qué era costumbre? Nada, no hacía nada. ¿Qué podría hacer, de todas formas? Le hubiese gustado mucho tener un reproductor de música al menos. Muchos presos podían conseguir cosas como esas, pero él no tenía una.
De niño solía tener una, una de esas horribles cajas de disquete a las que se les ponían cintas mezcladas. Él nunca la supo usar muy bien, pero era lo único que tenía de sus padres, y Vladimir lo había tirado cuando pudo.
No tenía música muy buena, igualmente, se dijo.
Él siempre había amado la música, le gustaba escucharla muy seguido, pero hacía mucho que no lo hacía. Siempre pensaba en la clase de música que podría gustarle a las demás personas: a Cedric podría gustarle... Realmente él suponía que de todo; a Darrien le gustaba la música de ambiente, sólo melodías y tonos; William, aunque nunca supo si le gustaba algo además de lo que le gustaba Darrien. A todas las demás personas a su alrededor parecían tan simples que sencillamente los clasificaba como: todo o nada. Y finalmente, John no se definía a sí mismo, tenía un repertorio y una gama de temas muy variado, le gustaría poder verlo o escucharlo de nuevo. Le gustaba lo viejo, nuevo y no tenía un estilo particular, todo estaba revuelto y mezclado como pintura.
Y le gustaba ser ruidoso con ella, aunque el tema mismo no lo fuera. Le gustaba el movimiento, y ahora estaba quieto.
No estaba triste, pero no lo sabía realmente, su forma de ser era muy rara, todo en él era una mezcla exótica de colores como una pintura. Y tenía mucho azul. Pero a veces se mezclaba muy bien con amarillo y un poco de rojo.

-Johny, tienes una visita.

Alice irrumpió en su lugar de estancia -por no llamarlo celda-. Parecía sonriente pero cansada.
Era un domingo caluroso y todos estaban hastiados hasta la muerte. Incluso se podía apreciar el sudor de las personas resbalando asquerosamente por sus frentes y cuerpos. John odiaba eso, afortunadamente él sudaba en raras ocasiones.
Se levantó de mala gana.

Miradas Frías [gay] TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora