Final
Era como un milagro ver un día soleado tras las rejas. La cuidad estaba cubierta todo el tiempo de nubes que dejaban el azul del cielo: grisáceo y triste. De por sí cada día podía ser gris para un recluso.
El día estaba resplandeciente, pero John odiaba salir.
Le habían avisado que tenía una visita. Sabía de quién se trataba, Darrien no lo había visitado con la misma regularidad desde que encontró —o reencontró— novio. Por supuesto que le agradaba Will, aunque su alegría y felicidad hacían que John se sintiera miserable. No podía envidiarlo, no debía y no quería. ¿Qué hay de bueno en envidiar a su amigo y al novio de este? Ni siquiera sabía que tenían que él pudiera desear.
Ya había pasado un tiempo, unos meses, y su cabello había crecido de nuevo. Sus rizos volvían a definirse y él podía halarlos cuanto como quisiera. Le gustaba enrollarlos en sus dedos, podía pasar mucho tiempo sólo haciendo eso, era lo que siempre había hecho cuando tenía ansiedad. Nadie le quitaba que era una persona muy positiva, y eso era bueno. A John siempre le gusto sonreír, pero a veces era agotador. Se preguntó cómo podrían las muñecas Barbie hacerlo todo el día.
Le gustaba que Darrien lo visitara. Todavía había alguien en el mundo que quería verlo, ¿no? Y a Darrien siempre le gustó que hubiera alguien a quien le gustara recibir su visita, pero ahora él tenía a alguien con quien dormir cada noche.
Cuando John lo vio agitando uno de sus pies con impaciencia le causó gracia y se rió mostrando los dientes. Recordó que Darrien y él nunca sonreían o reían por algo en el pasado. Las primeras visitas siempre eran incomodas y con mucha tensión, era horrible esa sensación. Ambos se alegraban de ser amigo del otro.
—Hey, ¿qué tal? Pensé que no me visitarías más —bromeó John.
Darrien parecía tenso, pero feliz de verlo. Era difícil ver eso de él, pero a John no se le dificultaba verlo por dentro, no mucho al menos. Se preguntó si a Will se le haría más fácil, o si al menos podría hacerlo.
—Hey —saludó—. He estado pensando en casarme.
John abrió los ojos más de lo normal por el asombro, Darrien se sentó y lo miró como si fuera lo más normal del mundo.
—¿Es broma? —rió nervioso, el rubio negó—. ¿De qué hablas?
—No sé, lo he pensado mucho. Creo que quiero hacerlo. ¿Qué te parece?
Darrien se escuchaba más nervioso que convencido o feliz. Seguramente se siente estresado por pensar algo como eso, pensó John. Algo así no debe ser fácil para él.
—Está bien, creo...
—No suenas muy convencido —lo interrumpió.
—Tú tampoco —rió—. ¿Will te pidió que te casaras?
—No, yo se lo pedí... de la nada —dijo como si estuviese en shock.
—¿Para qué se lo pediste si no te quieres casar? ¿Él qué dijo? ¿Cómo fue?
John lo empezó a atacar con preguntas, una tras otra. Darrien parecía consternado y estresado. Sí se lo había pedido, Will debía estar saltando de la alegría. Tal vez por eso Darrien no lo había visitado en unas semanas, cabe destacar que los minutos son eternos ahí dentro.
—No lo sé —empezó a decir en voz baja—. Bueno, no hablamos mucho de eso. Creo que él está feliz. Yo también lo estoy, pero...
—¿Pero? —lo interrumpió John.
Cedric le contó lo que le había pasado a Will hace unos meses, era una de las razones por las que no se molestó porque no lo visitaran. Luego habían ido ambos a verlo unas cuantas veces, parecían felices los dos y John se alegraba por eso. Era tonto cuando se tomaban las manos bajo la mesa y John hacía bromas sobre eso, pero ambos parecían muy felices. A Darrien siempre le costaron más esas cosas, no resultaba difícil ver lo introvertido que era, Will también lo era, pero nunca fue más que cariñoso con el rubio.
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Miradas Frías [gay] TERMINADA
CasualeDarrien es un asesino serial y William un chico que se preocupa por sus calificaciones. Darrien quiere asesinarlo y William está enamorado de él. ¿Quién será víctimas del otro? TERMINADA