Capítulo 21

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—Estás mejorando —le dije a Will riendo.

—Ya me acerco un poco al blanco —sonrió de lado y continuó con sus disparos.

Habían pasado al rededor de un mes desde que habíamos iniciado el entrenamiento en Inframundo, había servido de mucho. Nos habían enseñado a disparar, pelea cuerpo a cuerpo, combate con arma blanca, armar y desarmar pistolas; además de todo lo básico que se debe saber sobre el negocio de la mafia... Era una gran molestia, no me gustaba tener a John de maestro.

Sonreí en respuesta a Will y volví a colocarme mis tapones para oídos y continúe la ronda de disparos con las balas que me quedaban. Inserté otro cartucho en el tambor y seguí en lo mismo unas horas más.

A un lado del terreno nos veía John mientras entrenábamos, como se le había hecho costumbre. Los fornidos gemelos que nos habían servido de entrenadores las primeras veces seguían supervisandonos junto a Cedric, quien había sido nombrado guardaespaldas de John por Vladimir hace unos días, lo cual les daba la excusa perfecta para estar juntos todo el tiempo.

La última semana nos habíamos reunido muy a menudo en aquel bar de mala muerte donde había peleado con John.

—Debes hacerlo mejor, Will —John habló acercándose a nosotros.

—Hago lo que puedo... —susurró Will.

—Al menos ya no le tiembla el pulso —se burló uno de los gemelos desde la puerta de acero oxidado.

—Ha mejorado mucho —respondí—, no gracias a ti...

Su burlona sonrisa no tardó en desaparecer y forzar una sonrisa cargada de rabia. Se acercó peligrosamente a Will por detrás y comenzó a instruirlo, con una cínica sonrisa haciéndome saber que lo hacía para molestarme.

—Levanta más el codo y separa las piernas —le dijo consiguiendo que por primera vez diera en el blanco. Sonrió y se volvió hacia mí.

—Pura suerte... —murmuró el otro chico.

—¿Ayuda, rubio? —me dijo con sorna. ¿Cuál era el problema de las personas con mi cabello? No era, precisamente, la mejor manera de discriminarme...

Lo ignoré y el cabo de unos segundos él y su hermano se marcharon dejándonos a John, Cedric, Will y a mí solos.

Will y John empezaron a reírse a carcajadas al habernos encontrado solos, Cedric se mantenía indiferente y yo no lograba entender qué podría ser tan gracioso.

—Los hombres celosos y posesivos sin malos —rió John, fruncí el ceño terriblemente.

—No estoy celoso —no podía decir que me había sonrojado porque esas cosas no me pasaban, o un mínimo de veces. Hablé con tranquilidad sin que se notara mi molestia hacia la situación—, sólo odio a esos tipos.

—Sí, claro —John rió con ironía.

—Yo también los odio —pronunció Will abrazándome por la espalda. Me tensé ante su acción. Él sabía que no me gustaba mostrar afecto en público, a menos que fuera para mancar mi territorio... Tal vez soy un poco celoso, pero no es mi culpa, es de las personas que tocan lo que es mío...

Dejé que me abrazara un rato más, hasta que lo sentí tensarse y hacerse para atrás.

Mark Armstrong había entrado por la puerta causando que nuestras miradas se posaran en él. Todos excepto Will, quien prefirió seguir disparando a la diana, le dedicamos una mirada acusadora y llena de rencor. Él nos ignoró y se dirigió a un viejo auto convertible al fondo del área de entrenamiento, lo arrancó y se fue sin decir una palabra.

Miradas Frías [gay] TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora