Capítulo 38

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Darrien se sentía molesto, estaba muy molesto.

El día estaba gris y había mucha niebla; quizás llovería pronto. Will seguía dormido. Dormía con shorts y una camiseta enorme para él. Había caído dormido a altas horas de la noche, y tal vez dormiría hasta altas horas de la tarde. Sabía que se encontraba perturbado por los últimos acontecimientos, pero no lo decía. Darrien se encargaría de que se recuperara.

»¿William? —atendieron al teléfono.

—¿Señora Harries? —empezó Darrien.

»¿Quién es? ¿Qué quieres? —dijo con tono molesto.

—Soy el novio de William.

»¿Qué quieres? ¡Déjame hablar con mi hijo!

—Usted... Mandó a el peor tipo que se le ocurrió a hacerle daño a su hijo —dijo conteniendo la rabia.

»¡Por supuesto que no! ¿Por qué hablas así? —dijo refiriéndose al tono de voz bajo de Darrien.

—No lo quiero despertar. Lloró toda la noche —mintió.

Tal vez exageró un poco. William no había llorado mucho, sólo después de que de durmió empezó a sollozar un poco, pero no lloró realmente. Sabía que decirle eso la preocuparía.

»¡Claro que no! Él no llora así. Tú no lo conoces. Seguro que le hiciste algo.

Era cierto, Will no es así. Él es de los que sufren en silencio. Aunque si tiene suficiente confianza, llora y se lamenta como es normal.

—Lo conozco muy bien...

»¡No lo haces! —interrumpió.

—Hum, sé que cuando tiene un orgasmo se le entumecen las manos y...

»¡Eres un desgraciado! —volvió a atacar con rabia.

—¿Por qué lastima a su hijo? ¿Por qué le hace todo eso?

»Yo no le hago nada malo. ¿Y a ti qué te importa?

—¡Me importa porque está sufriendo! ¿Qué cree que se siente que su madre haga todas esas cosas contra él y le mienta de esa manera?

»No seas ridículo —bufó—. Déjame hablar con él. Recién hablé con él ayer y... estaba bien —dijo dubitativa.

—No lo sabe, ¿verdad? Su amigo, ayer en la noche, trató de secuestrarlo y le dijo que su mamá lo había contratado para tenerlo vigilado.

»¿Qué? ¡Es mentira! ¡Pásamelo!

—Usted hablará con él, y espero que para entonces tenga una buena explicación y una disculpa lista.

Colgó.

Darrien se puso su abrigo y salió. Iba a despejar su mente. Aunque estaba saliendo con pantalones de pijama y sin camisa, pero para eso se cerraría la enorme chaqueta. Le daría mucho frío.

El cielo estaba del tono de los ojos de Darrien, normalmente estaba del tono de Will. No quería dejarlo solo y encerrado en casa, pero regresaría pronto y probablemente él ni se daría cuenta por estar dormido.

Era lindo cuando dormía —a pesar de que quería acaparar la cama para él solo—, siempre trataba de abrazarse a Darrien, aunque el contrario no quería admitir que le gustaba, le ponía la piel de gallina sentir su respiración en su nuca y tener sus abrazos y piernas aprisionándolo todo el tiempo. Era lindo, sobre todo, verlo tranquilamente dormido así, sin hacer ni un ruido ni mover un músculo. Una de las primeras veces que lo besó con cariño fue así, mientras el otro dormía. William seguramente no lo sabría o recordaría.

Miradas Frías [gay] TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora