Capítulo 35

2.8K 265 19
                                    

—... Maldición, debe haber algo que se pueda hacer... ¡Cedric, no...! Maldita sea.

Estaba hablando por teléfono con Cedric, el cabrón me colgó.

—¿Qué pasó? —preguntó Will. Estaba recostado sobre mis piernas. Se le notaba cansado, no hace mucho había despertado.

—El hijo de puta me colgó —hablé con un cigarrillo entre los dientes—. Dice que es su día libre.

Habían pasado unos días desde que Will se quedaba conmigo, apenas habían llegado sus maletas y aún no había abierto ni una. Decidí no preguntar qué haría, ni hablar sobre redefinir nuestra relación, eso nos haría pelear.

Sólo se quedaba conmigo y hacíamos todo lo que las parejas hacen. Era normal.

He estado ocupado —si se le puede decir así— lidiando con todo lo que ha pasado estos días, así que no he ido a verme con John. Hasta lo extraño, sé que reaccionará raro a todo también.

—¿Y qué harás? —preguntó adormecido y me robó uno de mis cigarrillos—. No sé cómo soportas esto, es asqueroso.

—Porque soy un asqueroso adicto —le contesté en voz baja, yo también me sentía cansado.

No sabía qué hacer... con nada a mi alrededor. Sólo sabía que quería que Will se quedara aquí y que John estuviera libre.

—Quiero ir a visitar a John yo también, pero no lo sé... ¿Crees que estaría bien? —preguntó mordiéndose el labio inferior.

Will estaba indeciso la mayor parte del tiempo, Pero no me lo decía. Cuando le conté todo lo que había pasado en sus años de ausencia se lo tomó difícil, al principio lloró y estuvo triste, ahora parece que sólo quiere que todo esté bien de la mejor manera posible. Así es él.

—No creo que le siente mal —dije sinceramente.

Will parecía triste con el tema. Se quedaba pensativo y con cara de melancolía. Apenas estaba vestido —igual que yo— y su cabello estaba todo desordenado cayendo por su frente, sus labios estaban más rosados por la palidez en la palidez que toma su piel en las mañanas. Quería mucho acariciarlo, se veía muy perfecto en este momento.

—Vamos, entonces —exigió.

Me frustraba no saber lo que Will pensaba, no sabía ni siquiera por qué había venido aquí de nuevo, no sabía cómo había estado realmente este tiempo. Él lo sabía todo por mi parte.

Es extraño, pensé, normalmente siempre es él quien quiere que nos comuniquemos y nos contemos todo. Tal vez habíamos intercambiado papeles estos años.

No tenía miedo a preguntar, realmente me interesaba saberlo, pero por algo no me lo había contado. Tal vez las respuestas no eran muy importantes.

—Oye, hum, ¿por qué fue que viniste aquí de nuevo? —pregunté lo más sutil posible.

—Universidad.

Will se incorporó sentándose a mi lado, más bien, abrazándose a mi brazo y durmiéndose sobre este y mi hombro.

Hace aproximadamente una semana había llegado y no me había dicho eso. Sin embargo, su posición no permitió que estuviera enojado, sólo me hizo querer dormir también.

—Cuéntame —pedí enseriado.

—¿Qué cosa, Darri? —su voz cada vez se escuchaba más somnolienta y se restregaba más contra mí.

Chantajista, me dije. Ese era Will, comprándome y distrayéndome con afectos y caricias. O realmente estaba muy cansado y embobado. Nunca se sabe con él.

Miradas Frías [gay] TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora