De acuerdo, si lo que Cinco pretendía era llamar mi atención y conseguir que me centrara en lo único que importaba —mi familia— dejando todo lo demás a un lado, lo había conseguido con esas simples palabras.
—Cinco — llamé, seria —. ¿Debería preocuparme?
—Si nos damos prisa y volvemos a tiempo antes de que alguien note mi ausencia... De la primera parte no deberíamos preocuparnos mucho.
Entorné las cejas, ¿Y ahora en qué lenguaje estaba hablando? ¿A qué demonios se refería con eso?
—Aguarda, ¿Esta es otra de tus tantas actuaciones sospechosas en solitario?
Cinco, esta vez, arrugó las cejas.
—¿Mis... Qué?
—Con que a esto se referían esos tarados... — repasé esto más para mí que para él.
—Espera, ¿Han estado hablando mal de mí a mis espaldas?
—No lo llamaría así pero... Sí — cuando me topé con su expresión ofendida, me apuré a agregar —: ¡Oye, no me mires así! Tú tampoco has aportado para que no paráramos de sospechar cosas. ¡No te dio la gana aparecer en un mes entero en las videollamadas!
Él resopló, incrédulo.
—¿Así que todo esto es por eso? ¿Que crees que me he olvidado de ti?
Mi silencio fue suficiente para que lo entendiera, porque asintió con la cabeza gacha. Pensando.
—Quisiera darme el tiempo de explicarlo, pero ya te lo dije, no hay tiempo, y suficiente estamos perdiendo ya aquí — se acercó a mí para abrir la puerta pero no me aparté.
—Okay, lo entiendo, no hay tiempo... Para lo que sea que estés planeando pero no me iré así como así sin despedirme.
La mueca que formó fue suficiente para que yo entendiera que eso le desagradaba al mil.
—Sabía que dirías algo como eso.
—Entonces apártate y déjame despedirme.
—T/n, ¡Allá abajo hay como cincuenta personas! ¿Esperas que te diga que sí y permita que lleguemos tarde por eso? Definitivamente no me conoces.
—¿Y qué piensas hacer al respecto? — le reté con la mirada.
—Que bueno que lo preguntas, se me ocurre... — fingió pensar, y por eso me tomó desprevenida cuando tomó mi brazo y me teletransportó con él.
Pero mi reacción fue casi tan inmediata como su engaño. Activé mis poderes de teletransportación en una idea loca pero efectiva. El choque de ambas energías causó una especie de cortocircuito que interrumpió el teletransporte de Cinco, haciéndonos reaparecer y caer sin límites en el césped del patio fuera de la casa.
Apenas estaba incorporándome de nuevo sobre el césped cuando me percaté que el dolor en la cabeza no fue por mis poderes, sino por el pequeño golpe al caer.
Hmm, al parecer mis poderes habían vuelto y sin la resaca.
—¿Estás de broma? — me miró con una mirada acusatoria.
—No. Iré a despedirme — le lancé una mirada amenazante para que no se atreviera a contradecirme y me di la vuelta para comenzar a caminar de regreso a casa.
Tal vez estaba siendo demasiado terca, pero él no sabía lo mucho que me había encariñado con esta pequeña familia como desaparecer en un segundo a otro sin dar explicaciones. Lo que hicieron por mí este tiempo merece algo mejor que eso.

ESTÁS LEYENDO
The Hargreeves
FanfictionUna academia. Una familia disfuncional. Seis raritos con superpoderes. Heroes de la ciudadania. ¿Que podria salir mal con una vida tan perfectamente falsa como la de ellos? Ah, si. Ese nuevo integrante a la academia que por meras coincidencias acab...