El Silencio Rompe

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La semana había sido igual que las anteriores: mensajes constantes, fotos de momentos cotidianos y una conexión que parecía intensificarse día a día. Sin embargo, algo había cambiado desde que Becky fue a la casa de Freen. Era sutil, pero lo suficiente para que ambas lo sintieran.

Era sábado por la tarde, y Becky había invitado a Freen a un café cercano a su casa. Freen aceptó, aunque con una ligera sensación de incomodidad que no pudo sacudirse desde que le mintió a Heng sobre su conexión con Becky. Se encontraron en una mesa junto a la ventana, y, aunque sonreían, había una tensión en el aire.

Becky rompió el silencio primero.

—¿Todo bien? Te he notado un poco distante últimamente.—

Freen se removió en su asiento, fingiendo no entender a qué se refería.

—¿Distante? No, todo está bien —respondió, su voz más casual de lo que realmente sentía.

Becky la miró fijamente, estudiando cada gesto, cada pausa.

—No sé, siento que hay algo que no me estás diciendo. La última vez que nos vimos en tu casa... desde entonces, he notado algo raro entre nosotras.—

Freen tragó saliva, sabiendo que había algo de verdad en las palabras de Becky, pero sin saber cómo abordarlo. No podía explicarle que parte de su incomodidad venía del miedo a ser abierta sobre su identidad, especialmente con alguien que parecía tener todo tan claro.

—Es solo... —comenzó a decir, intentando encontrar las palabras—. Creo que he estado pensando demasiado en algunas cosas.—

Becky ladeó la cabeza, esperando que continuara.

—¿Qué cosas? —preguntó suavemente.

—No lo sé, todo esto... tú y yo —admitió Freen, bajando la mirada al suelo.

El silencio que siguió fue pesado, como si cada segundo que pasaba hiciera que las palabras no dichas se sintieran más grandes entre ellas.

Becky frunció el ceño, su tono volviéndose más serio.

—¿Esto te incomoda?—

—No es eso... —dijo Freen rápidamente, sin querer sonar brusca—. Es solo que no sé cómo manejarlo, Becky. A veces siento que estoy detrás de una máscara cuando estamos juntas.—

Becky la observó en silencio, mordiéndose el labio. Sabía que algo iba mal, pero no esperaba escuchar aquello.

—¿Qué máscara? —preguntó, su tono lleno de una mezcla de frustración y dolor.

—No quiero que pienses mal de mí, pero... siento que aún no estoy lista para ser completamente abierta —dijo Freen, finalmente enfrentando su miedo, aunque de forma indirecta.

Becky se quedó en silencio, su expresión cambió sutilmente. No era solo lo que Freen estaba diciendo, sino lo que no estaba diciendo lo que la afectaba.

—¿Qué significa eso? —preguntó Becky, su voz ahora más baja.

Freen no supo cómo responder, así que guardó silencio. Las palabras estaban atascadas en su garganta, y mientras más tiempo pasaba, más se sentía incapaz de decir algo que arreglara el momento.

—No sé si entiendo lo que quieres decir, Freen —dijo Becky finalmente, y se inclinó hacia adelante, entrelazando sus dedos nerviosamente—. ¿Estamos bien? ¿Tú y yo?—

Freen sintió el peso de la pregunta y supo que tenía que responder con sinceridad, pero todo dentro de ella gritaba que aún no estaba lista para dar ese paso. El miedo a ser vulnerable la tenía atrapada.

—Becky... es complicado —dijo finalmente, mirando a cualquier parte menos a los ojos de Becky.

Becky asintió lentamente, sintiendo que su pecho se apretaba. No dijo nada por unos minutos, solo jugaba con el anillo en su dedo mientras intentaba procesar lo que estaba ocurriendo.

—Pensé que... no sé, pensé que estábamos en la misma página —dijo Becky, su voz apenas un susurro—. Pero parece que no es así.—

Freen levantó la vista rápidamente, viendo la decepción en los ojos de Becky. Sintió una punzada de culpa, pero no supo cómo arreglar lo que acababa de romper.

—No quiero que pienses que no me importas... —empezó a decir, pero Becky la interrumpió.

—¿Pero lo hago? —preguntó Becky, esta vez sin suavidad, su tono claramente herido.

Freen no supo qué decir, y ese silencio fue la respuesta que Becky necesitaba. Lentamente, se levantó de la mesa, agarrando su bolso.

—Supongo que debería irme —dijo Becky, su voz temblando apenas—. No quiero complicarte más las cosas.—

Freen quiso detenerla, pero algo dentro de ella le impidió moverse. Miró cómo Becky se alejaba de la mesa y salió del café sin mirar atrás.

El corazón de Freen latía con fuerza. Sabía que algo había cambiado, algo que tal vez no podría arreglar. Quiso llamarla, pero el teléfono permaneció en su bolsillo, como si fuera un peso demasiado grande de levantar.

Esa noche, Freen revisó su teléfono, esperando algún mensaje de Becky, pero no encontró nada. Decidió entrar a su Instagram para ver si había alguna actualización, pero al buscar el perfil de Becky, no apareció. Confundida, intentó buscarla en LINE, pero tampoco pudo encontrarla allí.

Becky la había bloqueado.

El estómago de Freen se hundió. Sintió el aire escaparse de sus pulmones mientras miraba su pantalla, incapaz de creer lo que estaba viendo.

Había perdido a Becky, y ni siquiera sabía cómo ni cuándo sucedió.

INESPERADO  ~ FREENBECKYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora