Entre Confusiones

70 3 0
                                    

Freen estaba sentada en la cafetería de la universidad, distraída, revolviendo lentamente su café mientras miraba por la ventana. La conversación con Becky seguía rondando en su mente desde la última vez que la vio en su casa. Aunque todo parecía seguir igual entre ellas, había algo que le incomodaba, una sensación que no podía sacudirse.

Nam llegó al lugar y se sentó frente a ella, dejando caer su bolso con un golpe suave en la mesa.

—¿Estás bien? —preguntó, entre curiosa y preocupada.

Freen tardó un par de segundos en responder, con los ojos todavía fijos en el café.

—Sí... bueno, no sé —admitió finalmente, mirando a Nam.

Nam se inclinó hacia adelante, apoyando los codos en la mesa, notando la inquietud en su amiga.

—Es por Becky, ¿no?—

Freen asintió, encogiéndose de hombros como si no supiera bien qué decir.

—Es que... no sé. Desde que vino a mi casa la semana pasada, siento que algo cambió. No sé si soy yo o si es ella... o si simplemente estoy pensando demasiado —dijo con una leve risa nerviosa, tratando de restarle importancia.

Nam la observó en silencio por un momento antes de sonreír.

—Te estás preocupando demasiado. Solo han pasado unos días, Freen. Relájate un poco.—

Freen suspiró, apoyándose en la silla.

—Tal vez tienes razón. Es solo que, a veces, me siento... no sé. Es complicado.—

Nam frunció el ceño, algo incrédula.

—¿Complicado? Por lo que me has contado, pareciera que hay algo más.—

—Sí, pero no sé si quiero algo en serio con ella —dijo Freen con rapidez, como si quisiera evitar cualquier interpretación errónea de sus palabras.

Nam arqueó una ceja, notando la evasión de Freen.

—¿De verdad crees eso?—

Freen no respondió de inmediato, desviando la mirada.

Antes de que la conversación pudiera profundizarse, el teléfono de Freen vibró sobre la mesa. Era un mensaje de Becky.

Mensaje de LINE

Becky: Amorcito, ¿cómo estás? Solo te quería decir que mi cumpleaños es la próxima semana, el 5 de diciembre. No es gran cosa, pero pensé en decírtelo. 😊 

Freen miró el mensaje, sintiendo un nudo formarse en su estómago. Sonrió levemente, pero no supo qué responder de inmediato. El cumpleaños de Becky estaba cerca, y no tenía idea de qué haría al respecto.

[...]

Horas después, Freen estaba en casa de Heng, sentados en el sofá mientras él jugaba con el control remoto de la televisión. Freen se había quedado callada, mirando el techo mientras pensaba en lo que Nam le había dicho.

Heng la miró de reojo y soltó un resoplido.

—¿Qué pasa contigo? —preguntó, sin quitar la vista de la pantalla.

Freen se removió en su lugar, incómoda.

—Es Becky otra vez.—

Heng apretó los botones del control con más fuerza, pero la miró con una media sonrisa.

—Ya me lo imaginaba. ¿Y qué pasa ahora?—

Freen suspiró.

—Nada en realidad. Es solo que... no creo que quiera nada en serio con ella.—

Heng arqueó una ceja, claramente incrédulo.

—¿En serio? No me lo creo.—

—Hablo en serio —insistió Freen, tratando de sonar convincente—. No estamos tan conectadas como parece. Ella es divertida y todo, pero no sé... No siento que sea lo que busco.—

Heng dejó el control a un lado y se cruzó de brazos.

—Eso no suena a ti. Cada vez que hablas de ella, te brillan los ojos. Estás más metida de lo que quieres admitir.—

Freen frunció el ceño, tratando de defenderse.

—No, de verdad. Es complicado, y no creo que sea algo real. No quiero darle falsas esperanzas.—

Heng se rió entre dientes.

—Freen, estás huyendo. Lo haces cuando algo te importa y no quieres enfrentarlo.—

Ella se quedó callada por un momento, mordiendo el interior de su mejilla. Tenía razones para dudar, pero también sabía que, en el fondo, le importaba lo que Becky pensara de ella.

—Tal vez... solo necesito tiempo para aclarar mis pensamientos —dijo, finalmente.

Heng asintió lentamente, aunque su sonrisa burlona permaneció.

—Haz lo que quieras, pero sabes que esto no se resolverá ignorándolo.—

Freen se encogió de hombros y se levantó del sofá, caminando hacia la ventana. Afuera, el cielo comenzaba a oscurecerse, y una ligera brisa movía las ramas de los árboles.

—Lo sé, pero a veces es más fácil decirlo que hacerlo —susurró, más para sí misma que para Heng.

INESPERADO  ~ FREENBECKYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora