INESPERADO ~ FREENBECKY

El Mundo es Pequeño

Era un sábado por la mañana cuando Freen llegó al apartamento de Valery. Las semanas habían pasado rápido desde que Valery había comenzado sus clases de baile. Freen estaba más que emocionada por la noticia que llevaba consigo y no podía esperar para contársela a Valery.

—¡Valery! —exclamó Freen mientras cerraba la puerta detrás de ella. Caminó rápidamente hacia la sala, donde Valery estaba sentada en el sofá, estirando las piernas.

—¿Qué pasa, mi amor? —preguntó Valery, sonriendo mientras veía a Freen acercarse con una energía inusual.

—¡No lo vas a creer! —Freen apenas podía contener la emoción mientras se sentaba junto a ella.

—¿Qué pasa? —Valery se inclinó hacia adelante, intrigada.

—¡Saint me dio un auto! —anunció Freen, con los ojos brillando. —Bueno, no es mío, es de la empresa, pero puedo usarlo para ir a la universidad y para el trabajo, claro.—

—¡Es increíble! —Valery se echó hacia atrás, sorprendida. —¿Así, de la nada?—

—¡Sí! —Freen asintió emocionada. —Me dijo que quería que tuviera más independencia para poder cumplir con las tareas de la constructora sin problemas, y que también podía usarlo para mis cosas personales. ¡Nunca había tenido un auto!—

Valery sonrió ampliamente y se acercó más a Freen, acariciando suavemente su mejilla.

—Estoy tan orgullosa de ti. Estás haciendo un gran trabajo. ¡Te lo mereces! —dijo con dulzura.

—Gracias, babe. —Freen se inclinó para darle un suave beso en los labios. —A veces siento que todo está pasando tan rápido, pero luego pienso en lo mucho que he aprendido estos últimos meses y me doy cuenta de que todo tiene sentido.—

—Y lo mejor es que ahora tenemos más libertad para ir a donde queramos, cuando queramos —comentó Valery con un guiño coqueto.

Freen rió y asintió, disfrutando del momento.

—Eso significa más salidas, más escapadas, y... más tiempo contigo —añadió Freen, abrazándola por la cintura.

Valery se rió suavemente y le devolvió el abrazo. Después de unos segundos en silencio, Freen habló de nuevo.

—Por cierto, ¿cómo te están yendo las clases de baile? No hemos tenido mucho tiempo para hablar de eso últimamente.—

—Bueno... —Valery hizo una pausa, bajando la mirada antes de sonreír tímidamente. —Me va bien. Es un poco más desafiante de lo que pensaba, pero al mismo tiempo lo disfruto mucho.—

—Sabía que te iba a encantar —respondió Freen. 

—Sí, pero es diferente estar en una clase con gente que ya tiene experiencia. Al principio me sentía un poco intimidada, pero he estado practicando más en casa para ponerme al día.—

—Sabes que si necesitas a alguien para que te vea bailar, yo siempre estoy disponible —Freen le guiñó un ojo con una sonrisa traviesa.

—¡Lo sé! —Valery rió. —Pero no quiero aburrirte con eso.—

—Jamás me aburrirías —dijo Freen, acercándose un poco más para darle otro beso. Esta vez fue un poco más largo, más profundo, cargado de cariño..

[...]

Era una tarde de finales de septiembre. Las clases de baile de Valery ya se habían convertido en una rutina, y Freen no podía estar más orgullosa de ella. Era el final de otra agotadora clase de baile, y Valery se encontraba charlando con una de sus compañeras mientras guardaban sus cosas.