INESPERADO ~ FREENBECKY

Un paso en falso

Freen observaba a Valery desde las gradas, tratando de mantenerse concentrada en su novia. Últimamente las cosas entre ellas habían mejorado, y estaba decidida a mostrarle su apoyo, especialmente durante sus ensayos en la academia de baile. Sin embargo, la insistente mirada de Becky no pasaba desapercibida. Desde el primer momento que llegó, Becky no dejaba de intentar captar su atención, pero Freen hacía todo lo posible por ignorarla y enfocarse en Valery.

El ensayo seguía sin complicaciones hasta que llegó el turno de la secuencia en la que Becky debía ser lanzada al aire. Todo sucedió en un instante. El lanzamiento se ejecutó, pero algo salió mal. Becky no alcanzó a posicionarse correctamente y cayó al suelo con un golpe seco. Valery, quien también estaba involucrada en la coreografía, terminó siendo derribada junto con otros compañeros.

El corazón de Freen dio un vuelco, pero su primera reacción fue correr hacia Valery. La preocupación nublaba su visión, y en cuestión de segundos estaba junto a ella, ayudándola a ponerse de pie.

—¿Estás bien, amor? —preguntó Freen, revisando a Valery con ojos preocupados.

—Sí, solo un golpe leve, estaré bien —respondió Valery, frotándose el brazo—. Pero... Becky no se ha levantado.—

Ambas miraron hacia donde Becky estaba todavía en el suelo, pestañeando débilmente mientras intentaba moverse. Se quejó de un dolor intenso en la cabeza, tocándose la sien con una mano.

—¿Alguien sabe primeros auxilios en lo que llega la ambulancia? —preguntó la instructora, claramente preocupada, mientras llamaba por teléfono.

Freen, sin pensarlo dos veces, levantó la mano.

—Yo, yo sé primeros auxilios —dijo apresurándose hacia Becky, su preocupación genuina.

Se arrodilló a su lado, observando cómo Becky intentaba mantenerse consciente.

—Freen... —susurró Becky, con una sonrisa débil, aunque con claros signos de dolor—. Me duele... mucho.—

—Ya viene una ambulancia —le informó Freen, tratando de tranquilizarla.

Becky, con los ojos entrecerrados, negó ligeramente.

—No es necesario, Freen. Tú sabes qué hacer. Puedes atenderme tú —insistió Becky, aunque su voz se quebraba por el dolor.

—Pero necesitas que te vea un médico —replicó Freen con firmeza, mientras le apartaba la mano de la cabeza con cuidado.

—Por favor... llévame tú —dijo Becky, deslizando una mano hacia la pierna de Freen en un gesto casi instintivo.

Freen frunció el ceño, tratando de mantenerse profesional. Sabía que Becky estaba herida, pero la intensidad de su petición la puso en una posición incómoda.

—Lo mejor es que se lo dejemos a los paramédicos —respondió Freen, tratando de mantener la calma.

Becky intentó levantarse de nuevo, pero no lo consiguió. Se quejó de un dolor punzante y se dejó caer de nuevo al suelo.

—Señorita Freen, lo mejor es que la lleve usted. La ambulancia se demorará unos 20 minutos —dijo la instructora tras colgar el teléfono.

Freen miró a Valery, buscando su aprobación. Sabía que esto era complicado, y no quería que se malinterpretara. Valery la observó durante unos segundos, antes de asentir con una pequeña sonrisa.

Freen se acercó nuevamente a Becky y le ofreció la mano.

—Vamos, te ayudo a levantarte.—