¿Sin Vuelta Atrás?

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Freen solía encontrar consuelo en las mañanas junto a Valery. La calma de compartir el espacio, las sábanas cálidas y el leve aroma a café que llenaba la habitación. Pero hoy, mientras Valery duerme a su lado, Freen no puede dejar de sentir un vacío, una incomodidad que crece día a día. Su mente divaga, pero siempre regresa a la misma persona: Becky.

Valery se mueve y, como si sintiera el malestar de Freen, despierta lentamente. Sin abrir del todo los ojos, se acerca a ella y murmura:

—Buenos días, amor. —Su voz es suave y llena de cariño, pero Freen siente cómo la culpa se apodera de ella.

—Buenos días —responde en voz baja, intentando no sonar distante.

Valery sonríe y la abraza, acercándose más a su cuerpo. —No te vayas aún. Quédate un poco más. —Valery se acurruca, disfrutando de la cercanía, pero Freen solo siente el peso de sus propios pensamientos.

—Tengo que irme pronto —miente Freen, tratando de no mirarla a los ojos.

Valery frunce el ceño ligeramente, notando la tensión en Freen. —¿Qué pasa? Has estado rara últimamente, Freen. Si algo te preocupa, puedes decírmelo. —El tono de Valery es suave, pero cargado de preocupación.

Freen respira hondo y aparta la mirada hacia la ventana. No puede decirle la verdad. No puede hablarle de Becky, ni de las dudas que la atormentan cada vez que piensa en lo que siente.

—Es solo el trabajo. La universidad ... todo se ha vuelto una carga últimamente —dice Freen, usando su agotamiento real como excusa.

Valery suspira y acaricia el brazo de Freen. —Deberías tomarte un descanso. Siempre estás tan enfocada en todo que te olvidas de ti misma. —La ternura en su voz solo aumenta el peso de la culpa que Freen siente.

—Sí, quizás tienes razón —responde Freen en tono automático, pero su mente está lejos. Cada vez que cierra los ojos, el rostro de Becky aparece frente a ella.

[...]

Al día siguiente, el cumpleaños de Nam había llegado. Los padres de Nam le habían prestado la casa para la celebración, y aunque ellos estaban fuera de la ciudad, todo había quedado perfectamente organizado. La casa era impresionante, de techos altos y amplias habitaciones, con un jardín lleno de flores vibrantes que se extendía detrás, iluminado por suaves luces colgantes.

Nam la recibe en la puerta con una sonrisa cálida.

—¡Freen! Me alegra que hayas venido —dice abrazándola—. ¿Y Valery? Pensé que vendrían juntas.—

Freen suspira, ajustando su chaqueta ligeramente, buscando alguna excusa que hiciera sentido sin tener que explicar lo complicado que se había vuelto todo últimamente.

—Está terminando un trabajo de la universidad. Quise esperarla, pero insistió en que me adelantara —murmura, intentando sonar casual—. Me dijo que no tardará mucho en llegar.—

Nam la mira con curiosidad, captando la sutil incomodidad en el tono de Freen, pero no presiona más.

—Bueno, mientras tanto, disfruta. Hay de todo en el jardín, comida, bebida, y claro, buena compañía. —Nam guiña un ojo antes de girarse para saludar a otro invitado.

Freen asiente y se dirige hacia el jardín, donde la música suave crea una atmósfera relajada. El sonido de las risas y las conversaciones flota en el aire, mientras las luces del jardín parpadean sobre las cabezas de los invitados. Freen toma una copa de vino de la mesa, buscando distraerse. Pero cuando levanta la vista, ahí está. Becky.

INESPERADO  ~ FREENBECKYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora