Confrontación

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La relación entre Freen y Valery seguía tensa, pero Freen no renunciaba a sus intentos de recuperar lo que tenían. Esa mañana, como de costumbre, Freen llevó a Valery a la academia. Intentaba mostrarse calmada, aunque por dentro seguía lidiando con la incertidumbre de lo que sucedería después.

—Gracias por traerme —dijo Valery, sin mirarla demasiado.

Ambas se bajaron del auto, como lo hacían siempre. Freen, apresurada, se adelantó para abrirle la puerta a Valery, un gesto que mantenía a pesar de la distancia que había entre ellas.

—Sabes que te amo, bebé —murmuró Freen, cuando Valery estuvo a punto de irse, tomando suavemente su brazo para detenerla, buscando en su mirada alguna señal de que las cosas mejorarían.

Valery se detuvo por un momento, sin mirarla directamente. Hubo un segundo de duda, pero luego dejó un rápido beso en la mejilla de Freen. Sin decir más, se giró y se dirigió hacia la entrada de la academia.

Freen, todavía fuera del auto, se quedó quieta por un instante, con la mano sobre la mejilla. Cerró los ojos y respiró profundamente, como si quisiera retener ese breve y fugaz contacto. No era mucho, pero era algo, y en ese momento se aferraba a cualquier muestra de afecto que Valery pudiera ofrecerle.

Suspiró, girando hacia la puerta del conductor, cuando sintió una mano en su hombro. Al voltear, ahí estaba Becky, con esa sonrisa descarada que tanto la incomodaba últimamente.

—¿Tú otra vez? —dijo Freen, intentando mantener la calma—. ¿Qué necesitas?—

—Hola Freen, también me da mucho gusto verte —respondió Becky con un tono sarcástico, dejando que su mano resbalara lentamente de su hombro—. ¿Qué tal tu semana? Me he quedado pensando en ti...—

Freen apretó los dientes, intentando ignorar la provocación.

—Tengo que irme, Becky. No tengo tiempo para esto.—

Becky soltó una pequeña carcajada y dio un paso más cerca, inclinándose ligeramente hacia ella.

—Siempre tan seria... —Becky entrecerró los ojos, claramente disfrutando de la incomodidad de Freen

—¿Por qué haces todo esto? —interrumpió Freen, su voz cargada de frustración—. Que yo recuerde, fuiste tú quien se alejó, ¿no?—

Becky sonrió, su mirada volviéndose más intensa.

—Ah, Freen... —murmuró, dando un paso más hacia ella—. Yo me alejé porque no sabíamos lo que queríamos en ese momento. Pero ahora lo sé. Y, sinceramente, verte atrapada entre nosotras... es muy interesante. —Sus palabras estaban llenas de insinuaciones.

Antes de que Freen pudiera reaccionar, Becky se inclinó más cerca, tomando a Freen por el cuello de la camisa, jalándola hacia ella.

—Déjame decirte algo, Freen. Siempre supe que había algo entre nosotras. Algo que no puedes negar... —susurró Becky, pero antes de que pudiera continuar, Freen le apartó las manos bruscamente.

—Si quieres seguir hablando, entra al carro. No voy a hacer una escena aquí —dijo Freen con firmeza, mirando a su alrededor para asegurarse de que nadie las viera.

Becky levantó las manos en señal de rendición, pero con una sonrisa traviesa.

—Como tú digas, cariño —dijo, deslizando su cuerpo hacia el asiento del copiloto, mientras Freen entraba por la puerta del conductor.

Una vez en el auto, el silencio entre ambas era palpable. Freen mantenía las manos en el volante, mirando al frente, mientras Becky se acomodaba con total confianza.

Freen apretó el volante con fuerza, sabiendo que Becky estaba tratando de provocarla.

—Esto no es un juego para mí —dijo Freen con seriedad—. Si realmente piensas que esto es divertido, estás muy equivocada.—

Becky soltó una pequeña risa y se inclinó hacia Freen.

—Oh, cariño, no es que lo encuentre divertido... simplemente, veo que no puedes dejar de pensar en mí. Y por eso sigues tan nerviosa cada vez que estamos cerca... —susurró Becky, su mano acercándose peligrosamente al muslo de Freen.

—Becky, no —dijo Freen con dureza, quitándole la mano de encima.

Becky se rio suavemente y se encogió de hombros.

—Está bien, tranquila —dijo con un tono juguetón, al tiempo que abría la puerta del auto—. Nos vemos, Freen. Ah, y piénsalo... siempre estaré cerca. —Y, antes de bajarse, le dio un leve apretón en la pierna, acompañándolo con un guiño.

Freen se quedó ahí, sentada en el auto, sintiendo una mezcla de rabia y confusión. Por mucho que quisiera ignorarlo, había algo en Becky que seguía afectándola, aunque odiara admitirlo. Observó a Becky alejarse con una sonrisa satisfecha en el rostro, y supo que esa no sería la última vez que la enfrentaría.

INESPERADO  ~ FREENBECKYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora