Lo que siento por ti es real

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El silencio entre ellas es denso, pero no incómodo. Freen aún siente la calidez de su mano en el brazo de Becky, y por un momento, todo lo que existe es ese contacto. Becky la mira con una mezcla de vulnerabilidad y decisión, como si estuviera sopesando lo que estaba a punto de hacer.

Sin decir nada, Becky suelta un suave suspiro y lentamente lleva una de sus manos hacia la de Freen, entrelazando sus dedos con delicadeza. El contacto envía una corriente eléctrica por el cuerpo de Freen, haciéndola estremecer. Becky aprieta suavemente sus manos, mirándola directamente a los ojos, como si quisiera que todo lo que estaba sintiendo fuera evidente.

—No sigas huyendo —murmura Becky, acercándose un poco más.

Freen siente el peso de las palabras, pero antes de poder responder, Becky levanta su otra mano y, con una suavidad que la toma por sorpresa, le acaricia la mejilla. El pulgar de Becky traza lentamente la línea de su rostro, dejando un rastro cálido a su paso.

El mundo a su alrededor parece desvanecerse. Solo están ellas dos, bajo las sombras de los árboles, en un momento suspendido en el tiempo. Becky da un pequeño paso hacia adelante, acortando la distancia entre sus cuerpos. Freen siente la respiración de Becky, cálida y suave, tan cerca que casi puede sentir sus labios rozar los suyos.

Justo cuando sus rostros están a punto de encontrarse, cuando la tensión se convierte en algo casi insoportable, una voz las interrumpe de golpe.

—¡Freen! —La voz de Nam rompe el hechizo de inmediato.

Freen retrocede bruscamente, sintiendo cómo todo el calor que las envolvía se desvanece en un segundo. Becky también se aparta, sus manos cayendo a los costados. Ambas giran hacia Nam, quien las mira con una mezcla de sorpresa y urgencia.

—Valery acaba de llegar —dice Nam, algo incómoda—. Te está buscando.—

[...]

Becky estaba de pie junto a la mesa, con una copa en la mano y una sonrisa forzada en los labios, mientras observaba cómo Valery se desvivía por su novia. Valery no dejaba de acariciar su brazo, susurrar palabras dulces y besarle la mejilla de forma cariñosa, a Freen siempre le había parecido encantadora esa actitud, pero hoy su mente estaba en otro lugar, o mejor dicho, en otra persona.

La tensión en el aire se había vuelto casi insoportable. Cada mirada, cada roce accidental entre ambas, aumentaba la tensión que solo Freen parecía percibir. Becky, a unos metros de distancia, no podía dejar de mirarla. Y Freen, por más que lo intentara, tampoco podía apartar la vista de Becky.

Sabía que estaba mal. Sabía que no debía sentirse así, pero Becky despertaba en ella algo que no podía controlar.

En un momento, pusieron música. Valery, emocionada, se levantó de su asiento y jaló a su novia de la mano.

—Vamos a bailar, amor —dijo, sonriendo de oreja a oreja.

Bailaron muy juntas, tan cerca que sus cuerpos parecían moverse como uno solo. Las luces tenues del lugar resaltaban las sonrisas y las miradas cómplices que compartían. Freen trataba de concentrarse en otra cosa, en cualquiera que no fuera Becky, pero sus ojos la traicionaban una y otra vez, regresando a la figura de la chica mientras sus caderas se movían al ritmo de la música.

Becky también la observaba, disimuladamente. De vez en cuando, sus miradas se cruzaban, y el mundo parecía detenerse por un segundo. Ninguna de las dos decía nada, pero los sentimientos no necesitaban palabras. Todo estaba allí, flotando en el aire, esperando por un momento para estallar.

Cuando la canción terminó, Freen sintió que necesitaba un respiro. Caminó hacia el baño, escapando de la mirada de Becky y de la confusión en su pecho. Cerró la puerta detrás de ella, se apoyó en el lavabo y tomó una bocanada de aire. El espejo reflejaba su rostro tenso, sus ojos ligeramente vidriosos. Esto no puede seguir así

Justo cuando iba a abrir la puerta para salir, sintió un empujón suave que la hizo retroceder. Becky había entrado rápidamente, cerrando la puerta tras ella.

—¿Qué haces? —preguntó Freen en un susurro agitado, su voz traicionando la mezcla de sorpresa y miedo que sentía.

Becky no respondió de inmediato. En su lugar, colocó su mano sobre la boca de Freen, pidiéndole silencio con un gesto firme, pero no brusco. 

Becky la empuja contra la puerta con una urgencia que Freen no esperaba, pero tampoco rechaza. El corazón de Freen late con fuerza mientras sus labios se encuentran con los de Becky, cada beso está cargado de una mezcla de pasión y desesperación contenida. La cercanía de sus cuerpos, la calidez de Becky contra ella, hace que Freen se olvide de todo, aunque sea solo por un segundo.

Las manos de Freen viajan con decisión hasta la cintura de Becky, atrayéndola aún más hacia ella, mientras que Becky enreda sus dedos en el cabello de Freen, profundizando el beso. El cuarto de baño es pequeño, pero la atmósfera entre ellas lo hace sentir aún más sofocante, como si el aire fuera insuficiente para calmar lo que están sintiendo.

Becky se separa un instante, solo lo suficiente para mirarla a los ojos, sus respiraciones son erráticas, y la tensión entre ambas no ha hecho más que aumentar. Los ojos de Becky brillan con una intensidad que hace que el corazón de Freen se detenga por un segundo. El silencio se extiende entre ellas, y en ese momento, todo lo que Freen había intentado suprimir, todo lo que había evitado enfrentar, está ahí, mirándola directamente a los ojos.

—Solo quiero saber si en verdad me eliges a mí.—

Freen asintió lentamente, sintiendo cómo el aire se hacía más denso. Antes de que pudiera responder, Becky colocó su mano sobre la boca de Freen, instándola a guardar silencio.

—Te elegí a ti, Becky —susurra Freen, con la voz entrecortada—, pero... no puedo herir a Valery así. No quiero hacerle daño, necesito tiempo.—

Becky cierra los ojos por un segundo, y cuando los abre, algo más suave se refleja en su mirada. Levanta una mano y acaricia con delicadeza la mejilla de Freen, sus dedos trazando suavemente el contorno de su rostro.

—Lo que siento por ti es real —susurró Becky, y Freen pudo ver la vulnerabilidad en su mirada.

Sin pensarlo, Freen se inclinó y, por un instante que se sintió eterno, sus labios chocaron nuevamente. El beso fue un torrente de emociones contenidas, una explosión de deseo reprimido y complicidad. Freen sintió el calor del cuerpo de Becky contra el suyo, y su mundo se redujo a la suavidad de sus labios y la calidez de sus manos en su cintura.

El tiempo pareció detenerse mientras compartían ese momento, una burbuja que las aislaba del caos de la fiesta. Freen se aferró a Becky, su corazón palpitando al unísono con cada beso, cada roce. Era como si todo lo que había sentido hasta ese momento cobrara vida, la tensión acumulada en cada mirada y cada sonrisa se convertía en una realidad palpable.

Pero, al separarse un instante para tomar aire, la realidad golpeó a Freen con fuerza.

—Solo dame tiempo para arreglar las cosas con Valery —dijo Freen, su voz temblorosa—. De verdad la quiero, es una persona muy importante en mi vida...—

Becky frunció el ceño, un atisbo de dolor cruzando su rostro, pero se acercó nuevamente, apoyando su frente contra la de Freen, respirando profundamente.

—No quiero que la lastimes, Freen. Pero tampoco puedo seguir ignorando lo que siento.—

Freen cerró los ojos, sintiendo la conexión intensa entre ellas. El silencio se llenó de palabras no dichas, de promesas y temores.

—Lo resolveré —prometió Freen, aunque su voz era más un susurro que una afirmación. Se miraron a los ojos, y en ese momento supieron que lo que sentían era real y que no había vuelta atrás.

Becky asintió lentamente, el brillo de su mirada aún presente, pero ahora había una nueva determinación en ella.

—Estaré esperando —dijo Becky, su voz suave, pero firme.

Freen la observó mientras Becky se apartaba, dejando una sensación de vacío y anhelo a su alrededor. La conexión entre ellas era innegable, pero también lo era la realidad que las separaba. Con un suspiro profundo, Freen abrió la puerta del baño, enfrentándose al bullicio de la fiesta y al mundo exterior, pero sintiendo que algo dentro de ella había cambiado para siempre.


INESPERADO  ~ FREENBECKYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora