Fotos de la Fiesta

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La tarde había caído sobre Bangkok, y el bullicio del aeropuerto vibraba en el aire. Freen estaba en la sala de llegadas, con un ligero nerviosismo en su estómago. Había pasado el día pensando en Valery, recordando cada momento de su última videollamada. La espera parecía eterna, y cada anuncio de vuelo que escuchaba la hacía sentir más ansiosa.

Finalmente, entre la multitud, vio a Valery. Su corazón dio un vuelco al reconocer su figura, con esa característica risa que iluminaba la habitación. Valery llevaba una chaqueta de mezclilla y un par de jeans ajustados, su cabello largo y suelto enmarcando su rostro. Al cruzar la puerta, su mirada se encontró con la de Freen, y una gran sonrisa se dibujó en sus labios.

—¡Freen! —gritó Valery, acercándose rápidamente, esquivando a las personas a su alrededor.

Freen sintió una oleada de alegría y alivio. Corrió hacia ella y, en un instante, las dos se encontraron en un abrazo cálido que disipó toda la ansiedad acumulada durante la espera. La fragancia familiar de Valery, una mezcla de perfume floral y algo dulce, envolvió a Freen.

—Te extrañé tanto —susurró Freen mientras se separaban un poco, pero todavía manteniendo las manos unidas.

—Yo también, bebé —respondió Valery, sonriendo mientras acariciaba la mejilla de Freen con una mano—. Este viaje fue más largo de lo que esperaba.

—¿Te fue bien? —preguntó Freen, su mirada curiosa y ansiosa por escuchar cada detalle.

Valery asintió, mientras su rostro reflejaba el cansancio de un viaje largo, pero su energía parecía renovarse al ver a Freen.

[...]

Valery y Freen llegaron al apartamento justo cuando la noche comenzaba a caer. El cálido aroma de la comida casera las envolvió al abrir la puerta, y el rostro sonriente de la madre de Valery las recibió desde la cocina.

—¡Chicas! Justo a tiempo, la cena está lista —dijo la madre de Valery mientras servía platos con arroz, pollo al horno y una ensalada fresca.

—Gracias, mamá. Huele delicioso —respondió Valery, dándole un abrazo antes de acercarse a la mesa con Freen.

—Siempre es un placer tenerte por aquí, Freen. Espero que disfrutes la comida —añadió la madre, lanzando una mirada cariñosa a ambas.

—Gracias, señora, estoy segura de que estará increíble —dijo Freen con una sonrisa, sintiéndose como en casa.

Se sentaron alrededor de la mesa y la conversación fluía de manera relajada. La madre de Valery hacía preguntas sobre el día, el trabajo y otras cosas triviales. Después de una agradable cena, ayudaron a limpiar y, finalmente, Valery y Freen se retiraron a la habitación de Valery, listas para descansar.

—¿Quieres ducharte primero? —preguntó Valery, sentándose en la cama mientras Freen buscaba su ropa en la maleta.

—Sí, creo que me vendría bien relajarme un poco. Vuelvo enseguida —respondió Freen, tomando su ropa y dirigiéndose al baño.

Valery se quedó sola en la habitación. Mientras revisaba su teléfono, escuchó el sonido de varios mensajes entrando en el de Freen. Intrigada, giró la cabeza hacia el dispositivo de su novia, que estaba sobre la mesita de noche. La pantalla mostraba varias notificaciones de LINE, y aunque Valery moría de curiosidad, se contuvo.

Minutos después, Freen salió del baño, secándose el cabello con una toalla y notó que su teléfono estaba lleno de notificaciones.

—Parece que alguien ha estado escribiendo —dijo Valery con una pequeña sonrisa.

Freen, sorprendida, levantó el teléfono y vio los mensajes. —Es Becky. Deben ser las fotos de la fiesta.—

—¿Fiesta? —preguntó Valery, claramente confundida.

Freen se llevó la mano a la frente, sintiendo que se había olvidado de algo importante. —Lo siento, bebé, se me olvidó contarte. Becky se mudó y nos invitó a una fiesta en su nuevo apartamento. Como no estabas, supuse que estaría bien ir para distraerme.—

Valery frunció ligeramente el ceño, pero su tono seguía calmado. —¿Y te fue bien?—

—Eh, sí, bebé, me fue bien —respondió Freen, mientras se sentaba a su lado en la cama y le acariciaba el cabello con ternura.

Valery la miró a los ojos y preguntó con suavidad —¿Las puedo ver?—

—Claro, amor, adelante. Yo tampoco las he visto aún.—

Freen desbloqueó el teléfono y ambas comenzaron a ver las fotos. La primera imagen era inofensiva, Freen posando con algunos amigos y Becky sonriendo en el fondo. Pero, a medida que avanzaban, las cosas cambiaban. Había fotos de Freen y Becky juntas, en ángulos que parecían más cercanos de lo habitual, con sonrisas amplias y miradas que, desde afuera, podían interpretarse como algo más que amistad.

Valery observaba las imágenes con curiosidad, sin decir nada al principio, pero Freen notaba cómo sus gestos se volvían más serios a medida que pasaban las fotos.

Freen, sintiéndose incómoda, trató de mantener una expresión neutral. Sin embargo, el silencio de Valery comenzaba a pesar. Finalmente, Freen decidió tomar la iniciativa para aclarar cualquier posible malentendido.

—Amor, no te preocupes, estas fotos son solo... momentos de la fiesta. Becky es muy cariñosa con todos, y ese día estaba celebrando su mudanza. —Freen intentó sonreír, aunque sabía que las imágenes contaban una historia diferente.

Valery seguía pasando las fotos, deteniéndose en una donde Becky tenía el brazo alrededor de Freen, y ambas estaban riendo, sus rostros muy cerca el uno del otro. Valery respiró hondo antes de hablar.

—¿Estás segura de que solo es eso? —preguntó Valery, manteniendo su tono calmado, pero había un ligero destello de preocupación en su mirada.

Freen sintió un pequeño nudo en el estómago, pero no dudó. —Te lo prometo, bebé. Becky es una buena amiga. Nada más. Sabes que eres tú a quien amo.—

Valery dejó el teléfono a un lado y miró a Freen a los ojos, buscando algún indicio de sinceridad. Luego, asintió lentamente. —Lo sé, Freen, pero esas fotos... No puedo evitar sentir algo raro. No es que no confíe en ti, pero las cosas se ven diferentes desde afuera.—

Freen entendía la preocupación de Valery. Las imágenes, sin contexto, podían parecer más de lo que eran. Se acercó más a Valery, tomó su mano y, con una voz suave, añadió:

—Amor, si te hace sentir incómoda, puedo hablar con Becky sobre las fotos. No me gusta que te sientas así. Lo último que quiero es que algo tan insignificante afecte lo que tenemos.—

Valery suspiró, mirándola con una mezcla de ternura y preocupación. —No tienes que hacer eso, Freen. Confío en ti, de verdad. Pero, si pudieras... tal vez poner un poco más de distancia con Becky... Solo para que no parezca algo que no es.—

Freen asintió, sabiendo que Valery estaba siendo honesta con sus sentimientos. —Lo haré, bebé. Lo más importante para mí eres tú, y no quiero que nada se interponga entre nosotras.—

Valery sonrió suavemente, abrazando a Freen con fuerza. —Gracias, amor. Eso significa mucho para mí.—

Después de un rato, el ambiente en la habitación se volvió más relajado. Freen seguía sintiendo una ligera inquietud por las fotos, pero estaba decidida a aclarar todo con Becky en cuanto tuviera la oportunidad. Sabía que necesitaba poner ciertos límites, no solo por Valery, sino también por ella misma.

—Vamos a dormir —dijo Freen, besando la frente de Valery—. Mañana será un día mejor.—

Mientras se acomodaban en la cama, Freen no pudo evitar pensar en lo rápido que las cosas podían cambiar con solo un malentendido. Se prometió ser más cuidadosa en el futuro y asegurarse de que Valery siempre supiera lo importante que era para ella.

INESPERADO  ~ FREENBECKYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora