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El plan que habían trazado para la batalla era perfecto a los ojos de Oscar, formación en tres columnas de hombres que se enfrentarían al avance enemigo son la ventaja del terreno elevado y filas de arqueros a su espalda que someterían al enemigo a una interminable lluvia de proyectiles. En los flancos estaría la legión del principado que se dividiría en dos batallones que mantendrían los flancos fuertes mientras que en el medio en la primera fila estarían los glaumos bajo el mando de Polos y los mercenarios al mando de Malco y sus capitanes, justo detrás de ellos estarían las fuerzas combinadas de los clanes y de Whitewood. La caballería se mantendría en la reserva para poder irrumpir por los flancos enemigos cuando fuera el momento adecuado.

Se había armado cuando entraron sus hijos corriendo en su tienda, parecían alterados, lo cual no era normal, algo estaba pasando.

- ¿Que les ocurre? - preguntó mientras tomaba su espada.

- Andros - dijo Tristan conmocionado.

-¿Que ocurre con el? - preguntó mientras sentía que su espíritu se le caía al suelo, sabía que los glaumos solían tener lobas para usar como asesinas, imaginar que una de esas putas podría haberle hecho algo a su sobrino casi logra hacerlo caer al suelo.

- No está - dijo Vastian desconsolado - no está por ninguna parte, lo hemos buscado durante una hora, pero nadie sabe decirnos dónde está.

Oscar guardo su espada en su cinturón y salió de su tienda seguido por sus hijos, varios hombres de Whitewood lo siguieron mientras se abría camino por el campamento hasta llegar a la tienda de su sobrino, el comandante de su legión ya estaba dentro con los centuriones de su ejército.

- ¿Que hacen aqui? - preguntó Oscar mientras entraba y apartaba a dos de los centuriones.

- Cumplir con la voluntad de nuestro príncipe - dijo Maximilian mientras se cruzaba de brazos - ordeno que lucháramos sin el.

Oscar no podía creer que su sobrino se hubiera ido sin avisarle, no podía creer que dejara a sus hombres justo antes de que el enemigo llegara a enfrentarlos.

- ¿A dónde ha ido? - pregunto acercándose a la mesa donde aun estaba trazado el plan de batalla que habían preparado la noche anterior.

- No nos ha dicho nada de eso - dijo el comandante - solo que debíamos presentar batalla y resistir cuanto podamos.

- ¿No preguntaste? - preguntó Vastian indignado.

- Yo solo sigo ordenes - dijo el comandante - no cuestiono mis órdenes cuando no lo veo necesario.

- Entonces dejaste que tu príncipe se fuera solo por su cuenta - dijo indignado Tristan.

- No se fue solo - dijo mientras apuntaba a su alrededor - se llevó a los caballeros de Reindlad con el.

Oscar golpeó la mesa con furia.

- Es lo mismo - dijo molesto - unos pocos caballeros, seran presa facil en los caminos, todos saben quien es y su cabeza vale lo mismo que un castillo, ¿acaso no sabes que los glaumos tienen a sus lobas?

- Las lobas del enemigo ya fueron neutralizadas - dijo uno de los centuriones mientras se quitaba el yelmo mostrando un rostro joven, Oscar se dio cuenta de que ese centurión sobraba, debían ser cinco, contando a Maximilian, pero con el eran seis.

- ¿Quien eres? - preguntó Oscar.

- Galerico - dijo el joven mientras se arrodillaba ante él - sirvo al príncipe Andros como sombra, y ahora por orden suya estoy bajo su mando Lord Oscar.

Oscar vio al hombre con desprecio, viendo que los rumores y leyendas que su familia mantenía de tiempos antiguos parecían ser verdad, las sombras imperiales eran verdaderas y ahora servían al principado.

La Nueva SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora