La Nueva Sangre

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Se abría paso entre los hombres que se encontraban en pleno combate, cada uno librando su desesperada batalla por sobrevivir ante los defensores de aquella colina que les hacían frente con una ferocidad, que honestamente no esperaba encontrar entre los hombres de La Urna, se notaba que aquel que los lideraba y había reunido era un líder formidable que conseguía que los hombres estuvieran dispuestos a luchar con tanta fiereza.

Un hombre armado con una lanza se abalanzo sobre el, Rowan esquivo la estocada por poco, tomo el mástil y el hombre la soltó, sabia que si Rowan cortaba distancia su espada podría darle muerte fácilmente por lo que retrocedió y tomo su espada del cinturón y cargo con una ataque lateral.

- Por Valeram - grito con valor y Rowan esquivo, bloqueo y retrocedió ante una habilidad mas que letal con la espada, además de un juego de pies que lo hacían avanzar rápido y negaba a Rowan la oportunidad de contratacar.

Rowan detuvo uno de sus ataques y tomo uno de los cuchillos que tenia en el cinturón, lo clavo bajo su brazo, el hombre lo empujo para hacerlo retroceder, pero Rowan logro hacer que el peso del cuerpo del hombre causara su caída, antes de que su enemigo pudiera levantarse le clavo la espada en la espalda para a continuación observar en todas las direcciones.

Sonó entonces una trompeta, no era de el, el usaba solo cuernos de guerra para así diferenciar sus señales del de cualquier ejercito del sur o de La Urna. Vio como los hombres a su alrededor retrocedían en dirección a la sima de la colina. Rowan vio como rápidamente formaban un muro de escudos y mas hombres desde el fuerte de la colina bajaban para reforzar la defensa, muchos de sus hombres cargaron y flechas cayeron desde el fuerte causando que el avance se detuviera.

Rowan ante esto no perdió tiempo y tomo su cuerno que colgaba de su cuello, lo hizo sonar para llamar la atención de sus hombres.

- ¡Muro! - grito mientras los hombres retrocedían hasta su posición - ¡cúbranse de esas condenadas flechas!.

Los hombres rápidamente comenzaron a acumularse a su alrededor formando su propio muro por delante y alzando los escudos para cubrirse, uno de sus hombres uso su escudo para cubrir a Rowan.

- Estos malnacidos están dispuestos a aguantar - dijo el soldado mientras escuchaban como las flechas caían sobre los escudos, se escuchaban gritos, alaridos y gemidos de dolor, también ordenes que gritaban desde el fuerte.

Rowan considero la situación con detenimiento, no se lograría tomar la colina de esa manera, el enemigo contaba con muchos hombres, hombres determinados a aguantar, que luchaban por un rey muerto, eran la clase de hombres que debían morir para dejar de luchar y la habilidad que había demostrado solo ese hombre de la lanza le sorprendió, alguien los adiestro bien, quizá ese Lord Ancano fuera verdaderamente un adversario formidable, con su nota de advertencia esperaba que quizá estuviera dispuesto a negociar una rendición honrosa, pero desde la ultima vez no le habían llegado mas mensajes de ese hombre.

- Volvamos al campamento - dijo Rowan al final - debemos planear otra forma de tomar la colina.

Los hombres mas cercanos mostraron clara indignación ante sus palabras.

- ¡Obedezcan! - grito mientras tomaba su cuerno y lo sonaba dos veces, anunciando a sus hombres que se retiraban - ¡Recojan a nuestros heridos!.

Rowan observo como sus hombres retrocedían y tomaban a los heridos, su campamento estaba junto a un riachuelo que corría a los pies de aquella colina. Sus hombres parecían furiosos por la primera derrota en toda su campaña, tenían la inspiración por los cielos y ahora habían tenido que chocar contra la realidad de que no siempre podrían ganar. Pero Rowan sabia que esa derrota no destruiría la moral de sus hombres, todo lo contrario, notaba un deseo feroz por volver al combate y vengarse, el orgullo era algo muy peligroso y esos hombres tenían bastante.