Por las insistencias de su madre y de Arturo ahora se pasaba gran parte del día encerrada en sus estancias lidiando con el embarazo ya muy avanzado y por temor de Arturo al ser el palacio un lugar de muchas escaleras, habían mudado sus estancias a una torre diferente, donde las escaleras serian mas fáciles de subir o bajar para ella en las escasas ocasiones en las que le permitían moverse de sus estancias. Algo que no le gusto era que cuando empezó a delegar sus tareas, los nobles del principado que habían estado en la ciudad por un par de meses habían tomado sus cosas y partido de regreso a sus hogares, aun no lograba entender por que su esposo y el príncipe Agdrian le habían pedido retener por tanto tiempo a aquellos nobles que al parecer, según el criterio de María eran hombres de buen corazón, leales a su príncipe y que parecían muy dispuestos a aceptar a su esposo como príncipe. María si estuviera en una posición en la cual tuviera mucha oposición interna buscaría alejar a los potenciales enemigos, no a los aliados mas dispuestos.
Tenia a Miriel dormida sobre sus piernas mientras le peinaba el largo cabello negro, que como era costumbre tenia lleno de hojas secas y nudos por estar todo el tiempo que tenia libre corriendo por el palacio y explorando los jardines, había dispuesto muchos tutores para que comenzaran a formar a Miriel, aunque funcionaban mas como niñeras que como profesores, al menos de momento, hasta que Miriel creciera lo suficiente como para poder absorber los conocimientos que sus tutores podían transmitirle.
Le gustaba poder dedicar tiempo a Miriel, siempre desde que había regresado a la capital se mantenía ocupada con los asuntos del gobierno y ahora que la habían obligado a priorizar el embarazo podía cuidar personalmente de su hija. Cada tarde, cuando terminaba la reunion del consejo le hacían llegar un informe de como había sido la reunion y de que temas se habían hablado, que decisiones se habían tomado y que documentos necesitaban su firma y sello por tratarse de decretos reales.
Pero aun con eso sabia que su madre debía de esconder lo mas escandaloso o problemático para que María pudiera estar tranquila durante el ultimo mes de embarazo y eso significaba que no le llegaban noticias del norte ni de La Urna donde lo ultimo que había recibido era que Rowan marchaba en dirección a la frontera oriental del reino. Pero por fortuna tenia a Mariella que asistía a las reuniones como parte de su formación como pupila de María, por lo que al llegar la tarde en la que terminaban las reuniones y las tutorías de sus pupilas ella llegaba a sus estancias y le contaba todo lo que le escondían, aunque no había mucho que esconder la verdad.
Mientras acariciaba el cabello ya desenredado de su hija vio como por la entrada aparecían Mariella y Chloe que con algunas sirvientas traían todo para la cena de esa noche, pero lo que mas le importaba ahora era el informe de Mariella, pero noto que el brazo de de Chloe estaba vendado y cuando se acerco para acariciar a Miriel, María tomo su mano y corrió la manga de su vestido y noto los moretones en el brazo.
- ¿Qué es esto? - pregunto molesta a su pupila.
La chica de los clanes aparto la mano y se cubrió el brazo avergonzada.
- Otra vez fuiste a entrenar con los hombres - la recrimino María.
- Es algo que hacia todos los días en mi hogar - dijo quejándose la joven - ¿Por qué no puedo hacerlo aquí?
María la miro con dureza.
- Porque aquí no están los hombres con los que creciste y que no te lastimarían nunca, aquí muchos de los que entrenan saben quien eres y saben que eres hija de tu padre, por lo que no dudaran en lastimarte cuando puedan - dijo sin apartarle la mirada a la joven que no pudo mantenerse firme - si quieres entrenar espera a que mi esposo regrese y designe a alguien adecuado para la tarea, yo no soy conocedora del tema.
Pensó por un instante en pedirle a Ambras que se encargara de la chica, pues no le gustaba negarle a la joven hacer algo que era costumbre entre los clanes, pero Ambras había luchado contra las fuerzas de Lanza Sangrienta y sabia del odio que sentía por el clan de ese hombre y de que casi acabaran con Andros, además de que Lanza Sangrienta había usado a Tacia como arma, pues había sido su propietario cuando Tacia fue esclava, así que lo descarto casi al instante. Pensó en Lord Beomont, que era conocido por ser un gran espadachín y muy veterano, pero el problema era mayor, también había luchado contra Lanza Sangrienta y perdido muchos hombres contra sus fuerzas, además de que era miembro del consejo y no tendría tiempo. Le hubiera gustado tener a Rowan allí para darle esa tarea, pues conocía el temperamento del joven y su estricto sentido del honor y el deber, por lo que seria la opción perfecta para asignarle la tarea, pues no se fijaría en el pasado de la joven y seria justo con ella.
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La Nueva Sangre
FantasyTercer Libro y ultimo de la saga. Primero Leer El Consorte y La Reina, después Legitima y finalmente este libro. La Reina Maria dedica sus esfuerzos a restaurar su reino luego de la guerra contra el Usurpador y consolidar la paz, mientras que Andros...