La Nueva Sangre

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Mientras intentaba relajarse en la biblioteca, luego de tener que soportar las quejas de su consejo, relacionadas con los diferentes gremios de la ciudad que buscaban la aprobación de proyectos y un control más importante para las importaciones, pero María no estaba de acuerdo con poner más controles a los comerciantes y mucho más teniendo en cuenta que la ciudad se estaba comenzando a recuperar de la guerra.

Estaba disfrutando de la lectura cuando el viejo Héctor entró seguido por su nuevo pupilo y un hombre vestido con ropas de viaje y el rostro que mostraba la fatiga de días de viaje, traía dos sobres con él y los colocó enfrente de ella.

- Mi reina - dijo con respeto - sabía que estaría aquí, le traigo unas cartas que están destinadas a usted y a uno de los mensajeros enviados por Lord Rowan con órdenes de entregarlo en persona.

Maria observó los sobres, uno tenía el árbol marrón de ojos verdes que Rowan tomó como emblema y en otro tenia el árbol blanco de la casa Whitewood. Maria entendió hace mucho que Rowan admiraba a su esposo al punto que en honor a él había elegido cuál sería el emblema de su familia.

Maria quería leer lo que su esposo le había enviado más que nada en el mundo, pero tenia enfrente a un hombre que le había traído el mensaje y no parecía haber dormido ni comido bien en varios días por traerle la carta de Rowan, por lo que tomó primero la carta de Rowan y rompió el sello del árbol marrón y hojas verdes.

"Para su Majestad la Reina Maria de Alban y La Urna

Es para mi un honor informar que hemos acabado con centenares de rebeldes y hemos sumado a varios a nuestra causa, le han jurado lealtad majestad. Lamentablemente debo decir que he ejecutado a nobles de admirable linaje y porte por negarse a jurar lealtad.

Ahora marchare a Oriente a la frontera donde creo podre encontrarme de una vez por todas con Lord Ancano, debo decirle que me ha enviado un mensaje por medio de nuestros agentes, teme que un enemigo externo se aproveche de la debilidad de La Urna para invadirla, le pido que considere con más vehemencia la situación de La Urna, defenderé a la corona y sus intereses por el tiempo que me sea posible, pero si un enemigo externo nos ataca dudo poder vencer con mis fuerzas actuales y piso el permiso de su majestad para negociar con Lord Ancano un alianza si es que el noble de La Urna se muestra amistoso.

Con los mejores deseos espero una respuesta a mi peticion, pero debo decir que hare lo mejor por el pueblo de La Urna y luego responderé ante usted con mi vida.

Su servidor Lord Rowan Fidelis"

Maria miro al mensajero que la observaba sumido en su agotamiento.

- Cuando se haya recuperado parta en busca de su comandante - dijo al hombre que se puso firme - y dígale que priorice ante todo el bienestar e integridad del pueblo de La Urna, que me encargaré de enviar apoyo cuando sea necesario.

El hombre hizo una reverencia y salió de la biblioteca, María en cambio apoyó su mano sobre su ya hinchado vientre y comenzó a pensar en la carta que había leído, estaba cansada de que siempre tuviera que aparecer alguien más, otro desgraciado que buscará enfrentarla a ella y que la obligará a tomar estas decisiones, la corona de Alban resultaba ser mucho mas pesada de lo que hubiera imaginado, no lograba imaginar cómo su padre lo había logrado teniendo en cuenta que tuvo que estar varios años luego de su ascensión reprimiendo rebeliones y lidiando con nobles desobedientes y vecinos belicosos.

Hector tomó la carta de Andros y se la extendió poniéndola justo frente a su mirada. Maria observó al viejo bibliotecario que sonrío y tomando del hombro a su pupilo se retiró dejándola sola nuevamente. Tomó entonces la carta de Andros y espero tener buenas noticias, sus agentes decían que su esposo estaba avanzando a Glaumiria pero que un gran ejército se estaba preparando para atacarlo.