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La ciudad se alzaba en el horizonte, habían atravesado un camino que cruzaba un pequeño conjunto de colinas, que servían como defensa de lo que eran los dominios de Glaumiria, allí habían encontrado a algunos hombres que les presentaron batalla, pero que fueron fácilmente aniquilados por su vanguardia al mando de Bastian y Tristán que le trajeron sus estandartes, solo para descubrir que no se trataban de los clanes de Glaumiria, eran algunos clanes menores que se habían negado a rendirse y marchado esperando que en es estrecho camino pudieran detenerlos, pero sus primos astutos y crueles, habían ordenado a los arqueros disparar durante una hora, sin parar sobre la posición enemiga, al punto que sus escudos se quebraron y luego una carga de la infantería glauma destrozó a la tropa enemiga. Andros no perdonó la vida a ninguno de los prisioneros que les trajeron, estaba cansado de esta resistencia tan testaruda, pero debía admitir que como seguidores los glaumos demostraron ser un pueblo determinado, valiente y difícil de doblegar.

En el valle donde se alzaba la ciudad vio que los campos habían sido levantados y las granjas estaban completamente vacías, seguramente habían reunido todo en la ciudad, pues se habían preparado para un asedio, pero Andros no quería masacrar a esa gente, sin importar que algunos idiotas quisieran matarlo, no quería liquidar a la población de no ser necesario, pero si querían luchar y se oponían a doblegarse, sus hombres merecían la libertar de saquear esa ciudad y llevarse sus riquezas a sus hogares, después de todo debía mantener la moral de sus tropas.

- ¿Cuales son sus órdenes? - pregunto Maximilian mientras se acercaban a una mansión de piedra que Andros decidió podría ser un buen lugar para establecer su estancia durante el tiempo que tuviera que estar allí.

- Que los ingenieros empiecen a ensamblar las máquinas y que los campamentos se alcen con fortificaciones y envía a mil glaumos al mando de Polos para que aseguren el paso de las colinas y así nuestros suministros estarán seguros.

El comandante dispenso ordenes a sus hombres y se retiro. Andros entonces entró en la mansión, tenía un muro de dos metros de alto, hecho de piedras que rodeaba la propiedad con unas puertas de madera viejas. La mansion tenia dos plantas y era bastante grande, justo para que pudiera instalarse con Gared y algunos de sus hombres, además de Malco y Karl que solían quedarse cerca de el. En el patio de enfrente encontró una fuente sencilla de piedra con agua verdosa y todos adoquines donde comenzaba a crecer algo de hierba entre los bloques. En el interior de la mansión encontró una pequeña sala que se abría a un gran patio cuadrado con galerías de madera a su alrededor y en la planta de arriba habia tambien galerías de madera que daban a habitaciones, en la planta baja encontró un almacén y una cocina, además de estancias para la servidumbre, mientras que en la superior encontraron habitaciones y un estudio, todos vaciados, con solo algunos muebles, el propietario seguramente sabiendo de la llegada de su ejército había abandonado todo y se llevo lo de valor a la ciudad para refugiarse.

- Que alcen tiendas alrededor del lugar - dijo Andros mientras se sentaba en uno de los bancos de piedra que había en el patio de piedra - aquí estableceré el centro de mando.

Sus sirvientes y soldados comenzaron a preparar todo mientras que Andros se inclinaba hacia adelante y sostenía su espada, tenía que pensar muy bien lo que haría, estaba a un paso, un solo paso de tomar todo el territorio de los glaumos, la ciudad estaba enfrente y sus muros eran altos, debían de tener comida como para un año si no se equivocaba y además contaban con un puerto natural y el control de las aguas, sería difícil tomarla por asalto, perdería a miles de hombres, pero sabía que podía tomarla, sus ingenieros habían prometido que sabían cómo atravesar las defensas físicas de la ciudad, pero aún quedaban los casi diez mil hombres que Glaumiria podía reunir para la guerra.

- Ya hemos comenzado a instalar las empalizadas - dijo Malco mientras se sentaba a su lado y se quitaba el casco - para cuando anochezca podremos dormir tranquilos de que nuestros campamentos estará bien defendidos.

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