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Luego de recibir aquella extraña nota Rowan dio órdenes muy claras a sus exploradores, debían desplazarse en dirección a la frontera oriental de La Urna y investigar cualquier movimiento extraño por parte de sus nuevos vecinos. Algo le decía que Lord Ancano no mentía con respecto a su advertencia, el problema era que no contaba con hombres suficientes como para detener un intento de invasión. Pero sabia donde podia conseguir un ejército, los nobles de La Urna aun podían reunir una pequeña fuerza de combate capaz de defender el territorio y aguantar el tiempo suficiente como para obtener refuerzos.

- Entrega esta carta a la reina en persona - dijo Rowan mientras ponía su sello en el sobre y lo colocaba dentro del sobre de cuero curtido - no a su consejo, no a sus caballeros, a ella en persona, ¿a quedado claro?.

- Si mi señor - dijo el hombre mientras guardaba el sobre en su bolsa de viaje y salía de su tienda.

- Por tu parte - dijo señalando a Aurelio que estaba sentado en un costado leyendo un libro - tengo una tarea para ti.

El hombre sonrió, cerró el libro y se levantó de su asiento emocionado.

- ¿A quien tengo que matar? - preguntó con una sed de sangre poco habitual de ver en el.

Rowan se levanto asqueado y se estrujó los ojos del sueño que cargaba.

- A nadie idiota - dijo mientras tomaba el enigmático mensaje de Lord Ancano - quiero que encuentres a alguien, a este viejo molesto.

Le entregó la carta de Ancano.

- Quiero saber donde esta y cuantos hombres tiene - dijo mientras se servía una copa de vino - me has dado información de varias bases y sus localizaciones y hombres, pero nunca de Ancano, quiero saber donde esta y de cuantos hombres dispones antes de que termine la semana, si no lo consigues haré que el príncipe te corte la cabeza.

Aurelio tomó la carta con una sonrisa arrogante y se la guardó en su bolso, levantó las manos y comenzó a caminar hacia la salida y se dio la vuelta al salir, enserio ese hombre no le caía para nada bien. Pero sus talentos eran innegables y siempre había cumplido con todas sus ordenes, asi que podia estar seguro de que encontraría a Ancano por el.

Al estar por fin solo estudio el mapa que tenía sobre la mesa y comenzó a pensar en qué punto de los territorios orientales de La Urna serviría como un buen foco para la defensa del territorio, la verdad era que sabía poco sobre los vecinos que tenía La Urna en sus fronteras orientales, sabía que compartía frontera con algunas naciones bastante belicosas, pero que nunca resultaban en una amenaza por siempre estar entablando combate entre si y La Urna al contar con más territorio y poder nunca fue un objetivo deseable, pero ese poder se había desintegrado durante la guerra, sus poderosos ejércitos y más valientes hombres habían marchado a Alban y muerto, y los demas habian caido ante la invasión que el consorte y las fuerzas de Alban y el principado llevaron a cabo hacía menos de un año. Este era el momento perfecto para atacar La Urna y su señor estaba en el extremo norte del continente sometiendo a los glaumos, mientras que Lord Ashterion y sus fuerzas reforzaban las fronteras orientales de Alban y el resto de las fuerzas aún se encontraban restableciendo el orden en el interior del reino.

Rowan se sentía abrumado al darse cuenta de que algo tan importante estaba cayendo en sus manos, manos que él mismo consideraba incapaces de controlar la situación a la que se estaba enfrentado. En momentos como ese le gustaría que su abuelo estuviera allí para darle consejo, ese viejo siempre tenía una respuesta para todo y sus años de experiencia lo volvían el consejero perfecto, pero ahora estaba en Sinca gobernando la ciudad y las tierras en nombre de la reina.

Tomó su espada y salió de su tienda encontrado a los caballeros del principado que su señor le había designado como guardia personal, estaban parados en una ronda alrededor de la fogata, podía ser que los inviernos fueran menos duros aquí en el sur, pero aun así era necesario mantenerse caliente especialmente durante las noches como aquella.

La Nueva SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora