Capitulo 8

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Cazador de las sombras
Nikolay

Las primeras luces del amanecer apenas comenzaban a filtrarse por las cortinas cuando finalmente sentí la necesidad de moverme. Olivia seguía allí, de pie junto a la ventana, envuelta en sus propios pensamientos, pero algo en su mirada me había dejado en alerta. Algo más que preocupación. Ella sabía algo.

Me aparté de su lado, cruzando la habitación con pasos silenciosos. El silencio entre nosotros no era incómodo, pero era tenso, cargado de significado no dicho. Ambos estábamos metidos en un juego peligroso, uno que requería más que palabras. Se trataba de movimientos precisos, de estudiar al oponente sin que se diera cuenta. Y aunque Olivia era mi esposa en teoría, no podía permitirme el lujo de confiar plenamente en ella. Aún no.

Pasé por la puerta de mi oficina y me adentré en el pasillo, donde los guardias ya comenzaban su ronda matutina. Los hombres a mi servicio eran confiables en su mayoría, pero incluso el más leal de los hombres podía quebrarse bajo la presión adecuada. Había aprendido que la traición era una serpiente que siempre estaba al acecho, esperando el momento oportuno para atacar.

Tomé mi teléfono, marcando el número de uno de mis hombres de confianza, Dimitri. Si alguien podía encontrar respuestas rápidas, era él. El teléfono sonó solo una vez antes de que contestara.

—Nikolay —saludó con su habitual tono seco. Sabía que no llamaba por asuntos triviales.

—Necesito que me investigues a Ivanov —dije sin rodeos—. Quiero saber todo lo que ha estado haciendo en las últimas semanas. Todo.

Hubo un silencio al otro lado de la línea. Sabía que Dimitri entendería la implicación de mis palabras. Ivanov había sido parte de mi círculo cercano durante años, uno de esos hombres en los que había confiado para tareas delicadas. Pero algo había cambiado. Las pequeñas señales estaban ahí, si sabías dónde buscar. Y ahora que tenía el nombre gracias a la información de Olivia, no iba a esperar a que la serpiente mordiera.

—Entendido —respondió Dimitri finalmente—. Te enviaré un informe tan pronto como tenga algo.

Cerré la llamada y bajé las escaleras hacia el patio trasero de la mansión. El aire fresco de la mañana me ayudó a despejar un poco la mente. Mientras caminaba entre los jardines, mis pensamientos volvieron a Olivia. Su revelación sobre Ivanov no era algo que tomara a la ligera. Era una pieza crucial, y si ella estaba en lo cierto, Ivanov se convertiría en el enemigo más cercano que había tenido en mucho tiempo.

La cuestión era: ¿cómo había obtenido ella esa información?

Olivia jugaba su propio juego, eso estaba claro. Y aunque podía admirar su astucia, también me mantenía en guardia. No sabía hasta qué punto estaba dispuesta a llegar, ni si sus lealtades, al final del día, estarían verdaderamente conmigo o con su propia familia. Pero si había algo que respetaba en este mundo, era la habilidad para sobrevivir. Y Olivia era una sobreviviente nata.

Mientras continuaba caminando, un guardia se acercó rápidamente a mí, con el rostro serio.

—Señor Smirnov, Ivanov está aquí —anunció, inclinando ligeramente la cabeza.

Ivanov. Como si mi solo pensamiento lo hubiera llamado a escena. No podía ser coincidencia. Asentí y me dirigí hacia la entrada principal. Era momento de enfrentar al hombre que, hasta ahora, había sido una de mis manos derechas.

Ivanov me esperaba en el vestíbulo, de pie con las manos detrás de la espalda, su expresión estoica. El tipo de hombre que no mostraba fácilmente sus emociones, algo que había apreciado durante los años. Pero ahora, mientras lo observaba, sentí una ligera chispa de sospecha. ¿Cuánto tiempo había estado jugando este doble juego, si es que lo estaba haciendo?

—Nikolay —saludó con una inclinación de cabeza—. Me han dicho que necesitabas hablar conmigo.

—Sí —respondí, sin dejar de observarlo—. Acompáñame.

Lo conduje hacia mi oficina, cerrando la puerta tras nosotros. El silencio se cernía en el ambiente mientras tomaba asiento detrás de mi escritorio, señalándole una silla frente a mí. Ivanov se sentó, pero no se relajó, y eso me dijo mucho. Sabía que algo estaba mal, aunque aún no tenía claro cuánto sabía él de mis sospechas.

—He estado escuchando rumores —comencé, midiendo cada palabra—. Cosas que me preocupan. Cosas que involucran a personas cercanas a mí.

Ivanov alzó una ceja, fingiendo curiosidad, pero había un leve cambio en su respiración, casi imperceptible para alguien que no lo conociera tan bien como yo.

—¿Qué tipo de rumores, Nikolay? —preguntó, su tono perfectamente neutral.

—Traición —dije directamente, sin rodeos.

El silencio que siguió fue largo, y vi cómo sus ojos se estrechaban apenas un milímetro. Estaba en guardia, tratando de medir la situación. Si había esperado que yo fuera más sutil, se había equivocado.

—Espero que no creas que estoy involucrado en algo así —respondió con calma—. Siempre he sido leal a ti y a la familia.

Me incliné hacia adelante, manteniendo mi mirada fija en la suya. El peso de mis palabras era tan pesado como el aire en la habitación.

—Eso es lo que estoy investigando.

El tiempo pareció detenerse por un instante, mientras Ivanov y yo nos enfrentábamos.

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Hola hola!
Que tal!! Ojalá les guste! Los amo!! Denle apoyo!

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