El Peso del Acero y la Suavidad del Viento :
NikolayEl sonido de su voz, suave y casi inaudible, me sacó de mis pensamientos. Había estado revisando los informes, tratando de mantener mi mente ocupada en todo menos en lo que sucedía dentro de esta casa, en lo que sucedía entre Olivia y yo. Pero su presencia tenía una forma de atravesar todas mis defensas. Me encontraba atrapado entre el peso de mis responsabilidades y algo que no esperaba, algo que nunca había querido admitir.
Olivia estaba parada frente a mi escritorio, su mirada llena de determinación. Siempre había sido así, fuerte, independiente, y por eso la había respetado desde el primer día que la vi. Pero esta vez, esa determinación no era fría ni distante. Había algo más, algo que me tocaba de una manera diferente. Su mano se extendió hacia la mía, como había hecho antes, pero esta vez no la rechacé. No pude.
—No tienes que hacerlo solo —repitió, su voz baja, casi como una súplica.
La miré a los ojos, esos ojos oscuros que siempre me habían desafiado. Olivia no era una mujer fácil, y eso me había atraído desde el principio. La idea de tener a alguien tan fuerte a mi lado, alguien que entendiera lo que implicaba llevar el peso del mundo sobre los hombros, había sido la razón por la que acepté este matrimonio arreglado. Era una alianza estratégica, una movida de poder. Eso es lo que siempre había sido.
Hasta ahora.
Sentí su mano sobre la mía, cálida y suave, y algo en mí cedió. Algo que no había permitido a nadie más tocar en años. Siempre había estado solo en esta lucha, incluso antes de que mi padre muriera y yo heredara el trono de la mafia rusa. Había aprendido desde muy joven a no confiar en nadie, a no permitir que los sentimientos me debilitaran. Pero con Olivia, era diferente.
—No lo estoy haciendo solo —dije en voz baja, mis palabras resonando en la oscuridad de la habitación.
Mis ojos buscaron los suyos, intentando leer lo que ella sentía, intentando entender por qué sus palabras me afectaban tanto. Había algo en ella que me hacía querer abrirme, aunque solo fuera un poco. Y eso me aterraba. Porque abrirme significaba darle poder sobre mí, y eso era algo que siempre había evitado.
Sin embargo, a pesar de mis miedos, me di cuenta de que ya lo había hecho. Olivia no era como las demás. Ella no buscaba controlarme ni manipularme. Todo lo que había hecho desde que llegó a mi vida había sido mantenerse firme, incluso en medio de las tormentas que nos rodeaban. Y aunque nunca lo admitiría en voz alta, ella había estado a mi lado, sin pedir nada a cambio.
—Lo sé —respondí finalmente, apretando ligeramente su mano, como una confirmación silenciosa de lo que ambos estábamos comenzando a admitir.
Sentí su mirada fija en mí, su respiración tranquila, pero cargada de emociones que ninguno de los dos sabía cómo expresar. Había algo en su cercanía que me hacía bajar la guardia, algo que no había experimentado antes. Olivia me había desafiado desde el principio, pero ahora... ahora había algo más. Algo que iba más allá de la alianza que habíamos sellado el día de nuestra boda.
Mis pensamientos volvieron a nuestra primera noche juntos. Lo había hecho por deber, por cumplir con las expectativas de lo que se esperaba de nosotros. Pero incluso entonces, había algo en ella que me había hecho desear más. Solo que en ese momento no supe reconocerlo. Ahora, sin embargo, lo sentía con claridad. Esa conexión, esa chispa que había estado ahí desde el principio, estaba comenzando a encenderse, y me encontraba en un terreno que no sabía cómo navegar.
Me levanté lentamente, sin soltar su mano, y rodeé el escritorio hasta estar frente a ella. No apartó la mirada, ni siquiera cuando estaba a solo unos centímetros de su rostro. Podía sentir su respiración, su presencia, y me di cuenta de que estaba más vulnerable de lo que jamás había estado frente a alguien. Pero no me aparté.
—Sé que no fue lo que planeamos —dije, mi voz baja, casi como si hablara más para mí que para ella—. Este matrimonio... nunca debió ser más que una alianza. Pero Olivia... —hice una pausa, buscando las palabras correctas, algo que rara vez me sucedía—, hay algo en ti que no puedo ignorar.
Ella no dijo nada al principio, pero en sus ojos pude ver el mismo conflicto que yo sentía. Sabía que lo que estaba ocurriendo entre nosotros no era parte del plan, que iba más allá de la lógica y la estrategia. Y sin embargo, ahí estaba. Ese sentimiento, creciendo con cada mirada, con cada palabra intercambiada.
—Nikolay... —empezó, pero su voz se quebró ligeramente. Ella, la mujer fuerte e impenetrable que siempre había visto, parecía igual de afectada.
No supe qué decir después de eso. Las palabras no parecían suficientes. En su lugar, levanté mi otra mano y la llevé a su rostro, deslizando mis dedos suavemente por su mejilla. Olivia cerró los ojos ante mi toque, y sentí una oleada de emociones que nunca había permitido aflorar. Había algo en ella que me llamaba, que me hacía querer bajar la guardia, abrirme a algo más que el frío y calculado mundo que siempre había conocido.
Incliné la cabeza hacia ella, más cerca de lo que nunca había estado, y en ese instante, todo lo demás dejó de importar. Las traiciones, los enemigos, las luchas por el poder... todo se desvaneció en el fondo mientras me perdía en su cercanía.
—No sé cómo manejar esto —admití, casi en un susurro—, pero sé que no quiero seguir ignorándolo.
Olivia abrió los ojos y me miró directamente, como si estuviera viendo más allá de mi coraza. No dijo nada, pero el brillo en sus ojos me lo dijo todo. Ella también lo sentía, esa tensión, esa atracción que había estado creciendo entre nosotros desde que comenzó todo esto. Y en ese momento supe, sin lugar a dudas, que lo que estaba surgiendo entre nosotros no era solo un deber o una obligación.
Era algo mucho más profundo.
Y aunque todavía no sabía cómo manejarlo, una parte de mí, quizás la más escondida, ya había comenzado a aceptar lo inevitable: me estaba enamorando de Olivia.
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HOLA HOLA!!
Hasta que por fin Nikolay acepto que estaba enamorado de Olivia!! OMG! Denle mucho apoyo y síganme en mis redes sociales!
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Reina de Acero
RomanceEn el despiadado mundo de la mafia, donde el poder y la traición se entrelazan en una danza peligrosa, Reina de Acero narra la apasionante historia de Olivia, la princesa de la mafia italiana, y su matrimonio arreglado con Nikolay Smirnov, el jefe d...