CAPÍTULO 66 - POR: Isabella Johnson.

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—¡Es lo que más deseo! —le respondo disponiéndome a entrar.

Las puertas se abren y la marcha nupcial comienza a sonar, adelante de mí van mis dos princesas y mi príncipe dejando un camino de pétalos de rosas blancas y rosadas, sonrío al ver lo entusiasmados que se ven con su labor, veo al frente y ahí está el amor de mi vida esperando por mí.

También vuelve a ver a los niños y sonríe, pero regresa su vista a mí y no la aparta hasta recibir mi mano sobre la suya, mi papá le dice algo pero no pongo atención a sus palabras ni a lo que mi amor le responde, el brillo en sus ojos refleja mi emoción, y llevando mi mano a sus labios deposita un beso en ella mientras me dice que me ama.

—También te amo —le respondo.

Mis damas de honor están sentadas en la primera fila de asientos, y después siguen nuestros familiares, ha venido incluso la familia de Patrick, pero a él no lo he visto y tampoco he tenido la oportunidad de preguntar por él.

La ceremonia se desarrolla con normalidad, hasta que de pronto se escucha como se abren nuevamente las puertas de la iglesia y unas pisadas muy fuertes resuenan en todo el lugar, esto ocurre justo en el momento en que el sacerdote pregunta si hay alguien que tenga alguna razón para que esta unión no se realice.

El silencio que se hace es interrumpido solo por el sonido de las pisadas, vuelvo a ver y es nada más y nada menos que Patrick, ¡está guapísimo!, y sonríe en cuanto me ve observándolo, me saluda con un movimiento de mano y llega hasta la fila de asientos en donde está su familia y se sienta junto a ellos.

El sacerdote vuelve a repetir la pregunta, y como nadie dice nada continúa con la ceremonia, decidimos escribir nuestros propios botos y los décimos cuando llega el momento, finalmente somos declarados marido y mujer, y después de recibir la bendición, Alexander tiene autorización para besarme. ¡Sé que es ridículo!, pero el simple beso que nos damos aquí frente al altar llena todo mi ser, pero no con morbo, ¡sino que es una sensación de paz, plenitud y felicidad!

—¡Mía por fin! —me dice sonriendo y apretándome contra él

—¡Siempre he sido tuya! —le respondo correspondiéndole el abrazo y besándonos de nuevo.

Nuestra familia e invitados se acercan a saludarnos y a que nos tomemos fotografías, los niños emocionados revolotean a nuestro alrededor, Patrick también se acerca, y me abraza.

—¡Te ves espectacular! —Comenta cuando me tiene entre sus brazos—. Tú te ves muy bien, ¡e hiciste una entrada espectacular! —le comento sonriendo.

—Lo siento, ¡no tenía idea en que parte dela ceremonia iban! —dice divertido, ¡juraría que lo hizo a propósito!

—¡Buena entrada! —le dice Alexander viniendo hasta adonde nosotros, y dándole un apretón de manos, mientras yo voy a sus brazos

—¡Hubieras visto la cara de aflicción que pusiste! —se burla Patrick de él—. ¡Con gusto lo volvería a hacer! —concluye, sé que intenta aparentar indiferencia pero en el fondo no estoy muy segura de que su tranquilidad sea real.

—Espero que algún día te cases para cobrármelas —le responde Alexander.

Nos trasladamos hasta el salón en donde se realizará la recepción y el lugar está lindísimo, continuamos tomándonos fotografías y recibiendo felicitaciones hasta que nos dicen que es hora de bailar.

No tarda en sonar por las bocinas la canción que escogimos, porque es la que mejor describe nuestros sentimientos y deseos.

When your legs don't work like they used to before, And I can't sweep you off of your feet...

Mientras Alexander me aprieta contra su cuerpo y me canta al oído, bailamos según ensayamos y por un momento sus labios hacen que me olvide de donde estamos, solo existimos él, la música y yo, el momento se siente similar a cuando me pidió matrimonio por primera vez. Los aplausos y abucheos de los invitados nos hacen volver al presente mientras por las bocinas se escucha.

So baby now, Take me into your loving arms, Kiss me under the light of a thousand stars, Oh darling, place your head on my beating heart, I'm thinking out loud, That maybe we found love right where we are, Maybe we found love right, where we are, And we found love right where we are.

Termina la canción y con ella nuestro baile, entre aplausos regresamos a la mesa, a los pocos minutos Damon comienza con la ronda de discursos dedicados a nosotros, sus palabras son emotivas pero no deja de decir una que otra palabra con sarcasmo; Erick da un discurso similar diciendo que lo que importa es mi felicidad, y Rose, como no podía faltar, expresa su felicidad por verme feliz.

Jess, Gaby, José, mis padres, Esme, Carlo, e incluso Patrick nos dan su discurso de felicitación, y buenos deseos para el resto de nuestras vidas.

En cierto momento veo a Patrick que está bailando con Gaby, y eso incrementa mi felicidad, deseo con todo mi corazón que solucionen sus diferencias y puedan darse otra oportunidad, así como la tuvimos Alexander y yo.

Antes de medianoche nos escabullimos de la fiesta, intentamos hacerlo de forma discreta, pero no contábamos con que costaría sacar a los niños porque estaban entretenidos jugando con Charlie y Daniela, así que nos toca inventar algo para distraerlos y llevarlos con nosotros hasta el coche.

¡No nos vamos a ir sin ellos!, son parte fundamental en nuestra felicidad, y aunque parezca una locura se irán con nosotros en nuestro viaje de luna de miel. Incluso vienen Mary y Dina, ya que nos ayudaran a cuidar a mis terremotitos, y se quedarán con ellos cuando vayamos a lugares en donde no pueden ir niños.

Y desde aquí, desde el descapotable, mis princesitas, mi príncipe, el amor de mi vida y yo, les decimos adiós a quienes nos han acompañado en todas las jugadas que el destino ha realizado en nuestras vidas, no ha sido un camino fácil, pero lo importante es que finalmente le ha permitido al amor ganar.

—Te amo —me dice Alexander al oído, pero Valentina escucha, y le pregunta.

—¿Y a mi papi? —hace un puchero mientras coloca sus bracitos en su cintura.

—También te amo —le responde Alexander, bueno, ¡los amo! —se corrige abrazando a los tres, y yo sonrío por ver a mis cuatro amores siendo felices.

Me incluyen en su abrazo y me siento dichosa, por la linda familia que la vida me ha permitido tener, espero que de aquí en adelante después de todo lo que hemos tenido que pasar, el destino solo tenga para nosotros jugadas que nos den ¡dicha y felicidad!

FIN...

El DESTINO Y SUS JUEGOS - ¿GANARÁ EL AMOR?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora