El DESTINO Y SUS JUEGOS - ¿GANARÁ EL AMOR?

CAPÍTULO 49 - POR: Isabella Johnson.

Isabella, ¿te preguntarás por qué te envié este correo?, te lo aclaro a continuación.

Durante el tiempo que pasé en el hospital, solo quería morir, me preguntaba, qué sentido tenía mi vida, ¡si lo he perdido todo!, y con todo, ¡no me refiero a Lex!, sino a mi hija biológica y a Arianita, que aunque no la parí, he sido su madre, por el amor y el esmero que puse en ella, cada uno de los días en que la creí mi hija. Y aun ahora, sabiendo que no lo es, ¡en mi corazón continuará siéndolo!

¿Qué porque te cuento esto?, para que sepas que largarme, es la muestra más grande de amor que le hago a mi niña, ella necesita acostumbrarse a ustedes, y cada fin de semana que tengo la oportunidad de verla, se niega a dejar mis brazos.

Y en más de una ocasión, se me ha cruzado la idea de tomarla y huir al fin del mundo con ella, ¡pero tranquila!, no voy a hacerlo, la amo demasiado como para hacerle algo así, además, no estoy loca, y sé las consecuencias que eso traería para mí. Pero te confieso, ¡no es fácil pensar con cordura ante tal situación!

Cada día, tengo que luchar contra la ansiedad de ir por ella, y estrecharla entre mis brazos aunque sea un segundo, ¡pero no puedo!, lo siento, ¡me hace mucha falta! También me consternó que mi verdadera hija muriera el mismo día en que nació, lamento que hayas tenido que sufrir su pérdida creyéndola tuya.

Sin embargo, piensa en que yo ni siquiera tuve la oportunidad de cargarla ni una sola vez, al igual que le ocurrió a Lex, ¿de qué me sirvió salir feliz ese día con mi supuesta hija en brazos?, ¡si hoy me la quitan y al final perdí a dos!

¡No te estoy culpando de nada!, no lo malinterpretes por favor, cuando te vi en el hotel y te dije que Lex aún te ama, lo dije en serio, ¡no creas que lo estoy dejando por lo ocurrido con la niña!, ya antes de eso le había pedido el divorcio, él intentó darnos estabilidad a mi hija y a mí, pero su corazón no dejó de pertenecerte.

No me alejes del todo de la niña por favor, permíteme disfrutar de ella al menos por medio de fotografías o videos, ¡supongo que me debe de extrañar!, cuando me mencione, abrázala fuerte y asegúrale que estoy bien, que lo estoy intentando por ella, que un día volveré, y podré verla, sin querer salir huyendo con ella.

Perdóname por favor, por haberte alejado del amor de tu vida, aunque lo veas altivo, y aparentando ser fuerte, imponente y no sé cuántas cosas más, tú eres su talón de Aquiles.

Gracias por leerme, cuida bien de mi bebé por favor, de las dos, ya que Angie también es tu hija legalmente, ya está en trámite el cambio de su certificado de nacimiento, aun así, ella te conoció a ti como su mamá.

Si me permites, me gustaría poder enviarle de vez en cuando algún presente a mi bebé, por favor no le impidas recibirlos y utilizarlos.

Un último favor te pido, no dejes de llevarle flores ni de visitar a mi otra bebé, que no note tu ausencia, yo le llevé flores y le dije cuanto lamento no haber podido estrecharla entre mis brazos, y te pido de favor que si conservas alguna fotografía de ella, me la compartas, para tener una carita a recordar.

Hasta pronto Isabella, sé feliz y lucha por tu amor, ¡sea quien sea!

Eliana Remwhite

—Isabella, ¡mira las noticias! —me dice Vanesa, que viene corriendo hasta mi escritorio, sus ojos están llenos de lágrimas y la piel se le ve pálida.

—Tranquilízate, ¿qué ocurre? —le pregunto abriendo la página de noticias locales, que me indica ella.

—Es Lex, Isabella, ¡su avión se estrelló!