Ahora mueve sus manos en medio de mis piernas y cuando llega a mi centro lo acaricia con los pulgares, gimo ante la sensación y busco más contacto logrando que abandone esa parte y regrese a mi espalda y a mis hombros.
—En serio me dejas sola a tan solo dos noches de la boda, ¡y ahora vienes con intenciones de enloquecerme! —le reclamo.
—No tenía idea de que me hubieras reconocido —comenta cerca de mi oído, con voz cargada de deseo—. Incluso me estaba poniendo celoso de que cooperaras tanto con tu masajista, —se queja, me volteo con intenciones de decirle que puede hacer con sus celos, y me encuentro con la deliciosa imagen de él envuelto únicamente en una toalla—. Parece que te gustó la sorpresa —comenta con una sonrisa de suficiencia.
—Para que sepas, me estaban dando un masaje que nada tenía de sensual, ¡y me lo estaba dando una mujer! —le respondo, viendo como su erección levanta la toalla, así que le reclamo—. ¡Espero que no te hayas puesto así a causa de una masajista!
—¡Nada que ver! —responde indicándome que me acueste bien, agarra el frasco de aceite y deja caer un chorrito entre mis dos pechos—. Es a causa de un masaje que estoy dando para una despedida de soltera —comenta llevando su boca hasta mi pezón, y luego juega con él entre sus dedos.
—¡No sabía que te dedicaras a eso! —le respondo divertida entre gemidos.
—La familia ha crecido y cuento con que continúe haciéndolo, así que tengo que ver que más se puede hacer ¡para tener ingresos extras! —responde riendo, y repitiendo el proceso con mi otro pecho y pezón.
—En ese caso, recuérdame darte más trabajo —le respondo.
—Te daré un paquete —ofrece acariciando mi vientre con una mano, y con la otra acariciando su erección.
—Me gustaría encargarme personalmente de ese paquete —le pido, intentando tocarlo pero me impide que lo haga.
—¡Después!, ahora es mi turno —responde colocando mi mano a un lado de la cama de masajes, que han colocado en la habitación a la que me trajeron.
Mañana es la boda, y se supone que después de este masaje tendría que bajar a mi despedida de soltera, pero en ningún momento me esperé esta sorpresa, y si por mí fuera me pasaría toda la noche aquí con él.
Sus manos bajan por mis piernas y llegan a mis pies, masajea cada uno de mis dedos y luego entre los talones y tobillos, sube nuevamente y en esta ocasión no pasa de largo de mi centro y masajea entre mis labios vaginales, me retuerzo porque el placer que siento es intenso.
—¡Por favor! —le suplico.
—Por favor ¿qué? —pregunta repitiendo la caricia.
—Llévame a la cama y hazme tuya.
—¿Y terminar con el masaje? —pregunta yendo hasta mis pezones.
—Ahorita me urge otro masaje —le pido acariciando sus pectorales.
—¡La oferta es buena! —responde chupeteando uno de mis pezones, mientras con su mano acaricia mi sexo.
—¡Por favor! —vuelvo a suplicarle.
—Pero, ¿qué es en sí lo que quieres?, —pregunta bajando con sus labios desde mi pecho, pasa por mi abdomen, mi vientre y llega a mi centro, pero ahí no me toca, sino que espera mi respuesta.
—¡Ya sabes lo que quiero! —me quejo levantando la pelvis para acercarla a su rostro.
—Quieres esto —pregunta, deslizando su lengua de arriba hacia abajo en mi sexo, pero no repite el proceso sino que se detiene a esperar mi respuesta.
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El DESTINO Y SUS JUEGOS - ¿GANARÁ EL AMOR?
RomanceDespués de todo lo que han pasado Isabella y Alexander, ¿será posible que el destino les tenga preparada alguna jugada en donde vuelva a unir sus vidas? Y de ser así, ¿qué ocurrirá? 1. Será que ahora que Isabella es mamá y conoce el valor de un hijo...