CAPÍTULO - EPILOGO continuación.

23 2 0
                                    

A los minutos salen Gaby y Patrick que trae en brazos a Gabriel, que tiene añito y medio de edad, mi querido Patrick está feliz, feliz, porque finalmente logró engendrar a sus propios hijos, luego de someterse a tratamientos por más de tres años, él y Gaby se casaron al año siguiente de mi boda e incluso reconoció legalmente a Daniela como hija suya

Recuerdo que mi amiga me confesó avergonzada que había comenzado a salir con él y me preguntó si no me molestaba porque lo hicieran, le respondí con la verdad, la noticia me había alegrado mucho porque como lo dije en un inicio, a Patrick solo puedo desearle tanta o más felicidad de la que yo pueda tener.

El día de su boda, Alexander salió casualmente de la iglesia, justo cuando iba a buscarlo porque no regresaba, el sacerdote preguntó si había alguien que se opusiera a la boda, y las puertas se abrieron permitiendo entrar a un muy espectacular Alexander Black, que justo se había puesto hasta los lentes de sol.

Caminó con paso firme hasta adonde yo estaba y saludó con una enorme sonrisa a Patrick, Gaby puso los ojos en blanco y el sacerdote preguntó si ocurría algo y todos dijimos que no, el sacerdote entendió que habíamos dicho que no se casaran y volvió a repetir la pregunta.

En esa ocasión nadie dijo ni hizo nada, así que pudieron continuar con la ceremonia. Y de esta forma mi adorable marido se vengó por la entrada que Patrick había hecho en la iglesia el día de nuestra boda.

Resultó que habían decidido vivir en la casa de Gaby, así que somos vecinos, Rose convenció a José para que consiguiera una casa cerca de nosotros, y también es mi vecina.

Los recién llegados nos saludan y preguntan por Rose y el cumpleañero.

—Se fueron a saludar a los invitados allá al otro lado —le respondo.

Patrick acerca unas sillas para ellos, y yo le agarro a Gabriel para que ella pueda sentarse, Patrick la ayuda.

—En serio que no sé, ¡cómo aguantas andar a más de uno en la pansa! —se queja conmigo.

—¡Echo el doble de barriga que la tuya! —le respondo pensando en que si Alexander tiene razón, muy pronto me tocará andar así otra vez.

—¡Menos mal que te esterilizaste! —comenta Jess.

—A algunos, ¡no nos funcionan esas cosas! —dice Alexander bromeando.

—¿Estás embarazada? —me preguntan en coro quienes escucharon.

—¡No!, bueno, ¡no sé!, ¡estoy esterilizada y se supone que esas cosas no fallan! —me defiendo.

—Vas a tener que operarte tú —le dice Erick a Alexander, —¡es más seguro!

—¡Creo que sí! —acepta pensativo—. De lo contrario tendré que pedir que me dejen hacer horas extras en la oficina —se queja sonriente.

—¡Con lo sangrón que es tu jefe! —le dice Patrick.

—¿De quién hablan? —pregunta Damon que viene con Marian, ella trae de la mano a Liam y Damon trae en brazos a Amelia, la niña en cuanto nos saluda a todos se va a jugar con Emilio, Alexandra, Nadia, y Miranda.

—Del sangrón del jefe de Black —le responde Patrick divertido.

—¡A... ese tipo!, ¡es como mi hermano!, pero en ocasiones se pone cabezota —asegura agarrando algo de los snacks que han colocado en la mesa—. ¿Qué ocurre con él? —pregunta, acercando unas sillas para él y para Marian.

—Es probable que Isabella esté embarazada —responde Esme contenta.

—¿Qué...? —pregunta, atragantándose con lo que tiene en la boca.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 11 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

El DESTINO Y SUS JUEGOS - ¿GANARÁ EL AMOR?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora